Turismo en verano: ¿Qué nos falta para rizar el rizo?

Leo Cortijo
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'La Tribuna' sondea a tres puntales capitales del sector hotelero de la ciudad –José Manuel Abascal, Juan Serrapio y Borja García– con el fin de despejar esta incógnita de la ecuación.

Turismo en verano: ¿Qué nos falta para rizar el rizo? - Foto: Reyes Martínez

¿Qué más tiene que generar y/o aportar Cuenca para seguir atrayendo más visitantes y, especialmente, durante los meses de verano? He ahí la cuestión, que diría aquel. La Tribuna sondea a tres puntales capitales del sector hotelero de la ciudad –José Manuel Abascal, Juan Serrapio y Borja García– con el fin de despejar esta incógnita de la ecuación. La realidad es que hay eventos y temporadas que marcan de manera significativa la actividad de este sector, como otoño, primavera, Semana Santa, San Julián o San Mateo. Sin embargo, todavía hay algunos valles en el calendario anual en los que se pasa por un periodo de vacas flacas. Ahí es donde estos expertos en la materia, con interesantes puntos de vista, ofrecen sus opiniones al respecto.

Abascal considera que entre la Semana de Pasión y la Feria de San Julián, «cuando se produce una merma notable de actividades», habría que redoblar esfuerzos para generar eventos culturales, festivales musicales, congresos o clínics deportivos. «No deberíamos resignarnos a que julio sea un mes perdido en ese capítulo y entrar en una especie de hibernación hasta finales de agosto o septiembre», comenta convencido. Además, éste es un mes en el que, bajo su criterio, se debería «potenciar» mucho más la esencia natural de Cuenca, pues es uno de los periodos del año «donde los pilares de nuestra oferta mejor se pueden vender».

En esa misma línea camina García, y es que ahora mismo lo que la gente demanda con mayor interés es la naturaleza, la tranquilidad y los grandes espacios abiertos. Por esa razón y bajo esta premisa, apela a las instituciones a «recordar que estamos aquí» a través de ambiciosas y atractivas campañas de promoción, «porque está absolutamente demostrado que tienen un retorno económico». El primer objetivo en esta materia es que dos puntales emisores de visitantes muy próximos a Cuenca, como son Madrid y Valencia, se conviertan en una «despensa permanente para proveernos de turistas».

Más allá de apuntar que esos eventos que tiene que «ambicionar» Cuenca en forma de «goteo constante durante todo el año» deben estar sujetos a «nuestra medida» para que «podamos darles el servicio que requieren», Serrapio aumenta el foco y plantea una hoja de ruta más general. El director del Parador considera que la ciudad seguirá sumando enteros si se apuesta por «el trabajo en equipo, una visión a corto y medio plazo y una estrategia de futuro de lo que queremos que sea Cuenca y de la identidad que queramos darle». Una vez definido eso, ya que el potencial turístico es «muy bueno», seremos «un caso de éxito».