José Manuel Patón

LA PLUMA CONTRA LA ESPADA

José Manuel Patón


Los separatistas juran bandera

30/06/2021

En un acto increíble, impensable e inaudito: los indultados, con el Junqueras al frente, se han acercado cada uno a la bandera de España más próxima y rodilla en tierra han jurado fidelidad a España y han manifestado su arrepentimiento más sincero por el indulto que generosamente ha promulgado Sánchez. ¡Sánchez, Sánchez, Sánchez, queremos un hijo tuyo! gritaban entusiasmados los catalanes en las plazas principales de los pueblos y de las ciudades más renombradas. Emocionados los indultados se han dirigido a la prensa y a la televisión para explicar que todo empezó con la broma de: ¡Qué no hay cojones, sujétame la copa Junqueras!, le dijo Puigdemont en una taberna al líder de Esquerra. Que si no hay, que si sí, y así, abrazados hombro con hombro y cantando Asturias Patria querida y Carrascal que bonita serenata, abandonaron el lugar convencidos de su heroísmo patriótico. Lo sentimos mucho, han dicho. Una apuesta personal terminó fabricando urnas llenas ya de sobres, votando el referéndum de independencia. Lo demás ya es sabido por la prensa, los ingenuos separatistas que comúnmente hacían desfiles y marchas contra España, empezaron a liarla, y a liarla más hasta liarla parda. Puigdemont y Junqueras han confesado que no tuvieron narices a parar la marea que ellos mismos, después de forrarse de cava en un bar, habían provocado.
Sánchez, desde La Moncloa no daba crédito, pues no hacía más que decir que el perdón era un acto de generosidad, y que los actos de generosidad no necesitaban nada a cambio. Que parecía que le iban a morder la mano, cuando él les estaba dando de comer, pero que era lógico; según Sánchez muchos pueblos de España les habían maltratado, de hecho, los de Vitigudino no hacían más que comprar champan francés y decir que el cava era una mierda. Y así, de pueblo en pueblo, de Algeciras a Valdepeñas, de Zamora hasta Cáceres, por toda la geografía nacional se hablaba mal de los productos catalanes. La reacción de los independentistas según Sánchez era lógica aunque algo exaltada. Pero ahora viendo como acudían de rodillas a su mano arrepentidos, viendo como aceptaban todas las propuestas que el ingenioso hidalgo Sánchez les proponía, se les saltaba las lágrimas de la emoción.
Qué bonito haber conseguido la unidad de España con un simple indulto. Pasaría a la historia como Pedro el unificador. La gloria la tenía merecida. Los alcaldes de casi todos los pueblos comenzaron a presentar en los plenos la posibilidad de dedicarle una calle a Sánchez, y la propia Colau prometió una escultura y cambiar el nombre a la Diagonal por el ‘Pedro el Magnánimo’ otro de los alias que se barajaban. La historia me ha hecho justicia, decíase Pedro así mismo frente al espejo de la Moncloa. Ya solo faltaba no el Viva España tradicional, en boca de los insurrectos, si no un ¡Arriba España! al estilo más legionario posible. Pere, llamado también Aragonés, se santiguaba una y otra vez mirando la foto de su generoso hacedor, dando gracias a la Virgen de Montserrat. ¡Ni Fátima ni leches! Aquí la Montse.