José Ordóñez Valdés y su vínculo conquense

Redacción
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José Ordóñez Valdés y su vínculo conquense

Hace 150 años nacía, en la onubense Aroche, el ilustre pintor, miniaturista y escritor José Ordóñez Valdés, un artista, considerado como el mejor miniaturista del pasado siglo. Nacido en el Palacio del Conde del Álamo, a los pocos años marchó a estudiar Bellas Artes a Madrid, donde fue profesor en la Escuela de Artes y Oficios y profesor de Dibujo en el Instituto Cardenal Cisneros. Su dilatada y fructífera carrera fue reconocida y valorada por la crítica, además por el gran número de premios y reconocimientos que recibió…

Verdadero artista polifacético, también destacó como escritor con obras como su estudio sobre la Ornamentación de manuscritos y de los pergaminos que forman el Libro de honor de la Infantería española; además de ilustrador de pergaminos, revistas y libros, calígrafo, grabador y dibujante en diversas publicaciones. Su pintura, que le consagró, dejó una profunda huella entre sus alumnos y discípulos, realizando fundamentalmente paisajes y retratos de corte clásico y academicistas…

Ordóñez Valdés viajó por Cuenca en el año 1934, donde plasmó varias iglesias de la Cuenca alta y el paisaje de las hoces que ciñen la ciudad en varios lienzos conquenses, que destilan, con fuerza, la luz y el color, utilizando una pincelada fluida y a la vez poderosa, como en su momento adelantó el maestro Sorolla. Los cuadros que pintó en sus viajes a Cuenca reflejan un estilo naturalista, en donde se mezclan, el dominio de la luz, el dibujo y, como no, la miniatura.

ilustre pedroñera. En 1932 fue nombrado profesor de Dibujo Especial en el Instituto madrileño Cardenal Cisneros, en donde se jubilaría en 1943 y donde conoció a la que sería su segunda esposa, la pedroñera Juliana Izquierdo Moya, destacadísima personalidad de la cultura, escritora y doctora en Derecho, que  de alguna manera no recibió el reconocimiento y gratitud por su meritorio trabajo en tantos campos del saber...

De la mano de su tía, la maestra rural, Ignacia Carrión Izquierdo, recorrió las escuelas de varios pueblos de Cuenca, donde realizó sus estudios hasta que se examinó por libre en el Instituto de Madrid Cardenal Cisneros. Después se hizo maestra y estudió Filosofía, siendo su director de tesis el gran Ortega y Gasset. Más tarde se licenció en Derecho, Filología y Piano, además de dominar más de cinco lenguas modernas y el latín, sánscrito y hebreo. Pasada la contienda civil, sufrió un cierto arrinconamiento académico, aunque no tuvo problemas para ejercer la docencia en su plaza del Instituto Cardenal Cisneros.

Fue una gran mujer intelectual que viajó en el mítico crucero por el Mediterráneo organizado por García Morente, además de participar de forma activa en varias campañas para erradicar el analfabetismo que sufría nuestra nación, o realizar gestiones económicas y periodísticas para sufragar el monolito al Quijote y Cervantes de la madrileña Plaza de España… No olvidó nunca sus raíces de la Mancha conquense y escribió Cantos religiosos: Mayos de la Virgen María, sobre los mayos y oraciones típicas de Las  Pedroñeras, así como muchas otras obras de carácter intelectual escritas durante la posguerra que siguen inéditas…

En 1953 falleció Ordóñez Valdés en Madrid y años más tarde su viuda escribió y publicó una  biografía sobre su esposo titulada José Ordóñez Valdés: ochenta años de vida, de obra y de historia (1959) de más de 800 páginas, en donde su viuda recoge «con la ternura de su esposa, la biografía del artista, ilustrada con innumerables fotográficas de obras suyas, lugares y escenas cotidianas…».

Juliana Izquierdo participó en 1959, en Aroche, en el homenaje y la inauguración de la placa en la casa natal de Ordóñez Valdés, además de en la  instalación e inauguración de un busto del insigne pintor, obra de José Peresejo.