El Rebi Cuenca se citó con la historia y no falló. Tal es así que concluyó la presente campaña como subcampeón liguero, que es una hazaña histórica para un club que viene haciendo las cosas muy bien año tras año. Es el resultado de un trabajo diario encomiable. El técnico, Lidio Jiménez, destaca que se trata de «un hito» tras «una temporada perfecta e increíble tanto para la afición como para el equipo».
Acabar la competición doméstica en el segundo escalón del podio tiene un mérito muy grande y que así sea se debe, en gran parte, a que el cuadro conquense ha conseguido competir de tú a tú ante entidades de mayor envergadura, especialmente en el apartado económico. Jiménez subraya que lo más importante es que «el club lleva cinco o seis años luchando entre los mejores equipos». De hecho, el Rebi Cuenca se ha convertido en un equipo temible y complicado de batir.
Jiménez, que tiene dificultades para mantener la emoción, subraya que las claves de este histórico subcampeonato liguero son «no haber sufrido lesiones en los momentos claves de la campaña, mantener la regularidad y creer en lo que hacemos». Además, el entrenador se muestra satisfecho porque sus jugadores han desplegado en la pista «todo lo que les he transmitido». Y esa es otra de las virtudes de esta plantilla, que ha sido capaz de ser «la segunda menos goleada» de la Liga, tan solo superada por la del todopoderoso Barcelona. Un registro que habla muy bien del solido muro conquense.
Europa. El hecho de acabar en el segundo puesto liguero concede al Rebi Cuenca un billete directo para la fase de grupos de la EHF European League. Esta clasificación directa implica que el equipo vaya a disputar, como mínimo, una decena de partidos más el próximo curso. De ello que sea necesario «hacer cuatro o cinco fichajes para fortalecer una plantilla que es corta» para asumir la aventura europea, tal y como reconoce Lidio Jiménez.
El entrenador, que primero disfrutará de unas merecidas vacaciones, se reunirá próximamente con la Junta Directiva para perfilar el plantel que competirá la próxima temporada por superar estos históricos logros. No será sencillo repetirlo y mucho menos superarlos, aunque el cuadro conquense ya ha demostrado que es capaz de todo.
Aún está por ver qué jugadores llegarán y cuales serán las caras definitivas de una plantilla que disfrutará por Europa. Al igual que lo hará el aficionado conquense, que es uno de los baluartes y razones de éxito de este club. «El balonmano en Cuenca es gracias a los aficionados», recalca Jiménez. El técnico, que agradece una vez más el respaldo de los seguidores, incide en que no faltará trabajo para seguir por esta línea tan positiva que vienen prolongando desde hace más de un lustro. Lo mejor está aún por llegar.