Un mercadillo que hace aguas

Manu Reina
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Los artesanos del punto de venta navideño denuncian un retraso en el inicio de apertura e «irregularidades» en el estado de las casetas

Miguel Ángel de la Torre expulsa el agua acumulada en el tejado de plástico de su caseta con un paraguas - Foto: Manu Reina

El mercadillo navideño de la ciudad hace aguas. Pero no sólo literalmente por las inclemencias meteorológicas de la última semana, sino también por una serie de problemas que han mermado el funcionamiento de este punto de venta ambulante tradicional ubicado entre en la Plaza de la Hispanidad y la calle Carretería. La situación actual de muchos de los comerciantes es «alarmante, difícil e inaguantable»

Un número elevado de artesanos denuncian numerosas «irregularidades». La primera de ellas se debe al retraso «inexplicable» del período de apertura del mercadillo por una «falta de previsión y mala organización», resalta el alfarero y pintor Fernando Moya. Este usuario de una de las casetas muestra su enfado por no poder abrir su puesto hasta el 8 diciembre, cuando estaba fijada la apertura para el 3 de este mismo mes. Cinco días de retraso que «provocan muchas pérdidas», especialmente porque durante el puente de la Constitución «no hemos podido abrir y tampoco aprovechar estos días festivos donde viene mucha gente a Cuenca». 

El malestar se ve reflejado en las caras de muchos artesanos. Y es que además de no poder abrir en días festivos, algo que enfada y mucho a todos ellos, estos comerciantes tienen que hacer frente al «mal estado de las casetas que nos han instalado», señalan tanto Miguel Ángel de la Torre como Alba Martínez, que regentan otros dos puntos de venta del mercadillo navideño. Ambos coinciden en que las instalaciones «son para campañas de verano y no están diseñadas para aguantar el agua». Tal es así que «tenemos que poner bolsas en los tejados, tapar bien las corrientes de luz y resguardar nuestros productos porque se cuela el agua y estamos ante un constante peligro», denuncian. 

Muchas de las casetas no cuentan con un techo de madera, sino que directamente «están protegido simplemente con dos lonas de plástico», añaden con mucha resignación. De la Torre y Martínez confían en que no llegue la nieve «porque la situación sería ya catastrófica». El agua se cuela por todos lados «y cada uno intenta salvar su negocio», incide Martínez. Esta artesana incluso pide explicaciones de por qué «contando la ciudad con una fábrica de madera tenemos que trabajar con casetas de una empresa externa y no con una propia para así tener instalaciones dignas». La campaña del mercadillo navideño no ha hecho nada más que empezar y se prolongará hasta el 9 de enero. Los comerciantes esperan que se llegue a una solución inminente, más aún cuando «tenemos que pagar un canon de 500 euros más impuestos por una caseta y las ventas están muy mermadas», recalca Moya con indignación. 

reunión. Ante esta situación, el concejal de Comercio del Ayuntamiento, Mario Fernández, anuncia que mantendrá una reunión con los comerciantes «para ver los problemas». Y es que muchos de los participantes del mercado se encuentran con el agua al cuello, nunca mejor dicho. Fernández explica que las casetas «tienen una capa impermeable, pero no dejan de ser prefabricadas» y subraya que «llevamos diez días sin parar de llover y se pueden sufrir problemas puntuales». 

Además, el concejal recuerda que el Ayuntamiento contrata a una empresa «con experiencia en el sector» para instalar este punto de venta ambulante y destaca que hay «artesanos que vienen con la empresa, pero hay otros puestos que se reservan para las empresas locales que cuentan con un 75 por ciento de descuento». Ante esta situación, a los artesanos sólo les queda esperar para ver si llega una solución o directamente ponerse a rezar para que deje de llover.