Entre sonrisas y recuerdos

Álvaro Fernández
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Los niños del CEIP Gloria Fuertes interpretan la obra 'El ciclo sin fin' como despedida de otro curso lleno de emoción, felicidad e inocencia

Los diferentes cursos de Primaria interpretaron a todos los personajes de la película ‘El ReyLeón’ - Foto: L.A.

No basta con aprender a leer o sumar para que un curso escolar deje huella. A veces, lo que realmente queda grabado en la memoria de un niño es una canción ensayada con nervios, un disfraz hecho en casa con su familia o ese instante en el que las luces del escenario se encienden y todo el mundo contiene la respiración. Esta semana, el CEIP Gloria Fuertes ha sido mucho más que un colegio, ha sido un teatro lleno de emoción, una pista de baile improvisada y un refugio donde la imaginación ha tenido vía libre para brillar con luz propia. 

En esta edición del festival de fin de curso, los 260 alumnos de Primaria ofrecieron una representación tan ambiciosa como entrañable del musical El Rey León, bajo el título El ciclo sin fin. El Auditorio Municipal acogió las dos funciones, una el miércoles y otra el jueves por la tarde, en las que las clases A y B de los cursos de primer curso hasta quinto desplegaron un total de diez coreografías al ritmo de las míticas canciones de la banda sonora original. Entre una danza y otra, los alumnos de sexto curso dieron vida a los personajes de la historia con escenas teatrales que hilaban la narrativa con emoción, humor y una sorprendente madurez artística. La obra alternaba así teatro y música en un formato ágil y espectacular que mantuvo al público totalmente entregado.

«La ilusión con la que han trabajado ha sido conmovedora, ya que llevamos semanas ensayando, afinando cada gesto, cuidando los tiempos, pero sobre todo viendo cómo los niños disfrutaban del proceso», explica Laura Alcaraz, docente y una de las grandes responsables del musical. «Ha sido un esfuerzo de toda la comunidad educativa, desde familias que se han implicado en el vestuario y el maquillaje, hasta el propio profesorado que ha construido los decorados, y por supuesto, los niños y niñas, que lo han dado todo». Esta tradición, que ya cumple trece años en el centro, solo se ha interrumpido en 2020 por la dichosa pandemia, y cada curso se ha consolidado como uno de los momentos más esperados tanto por el alumnado como por sus familias.

Los alumnos de tercero de Educación Infantil celebraron su graduación en la biblioteca municipalLos alumnos de tercero de Educación Infantil celebraron su graduación en la biblioteca municipal - Foto: L.A.

El resultado, más allá del espectáculo visual y escénico, fue una muestra de lo que la escuela puede ser cuando se convierte en un espacio de expresión, de confianza y cooperación entre todos los que forman parte de ella. Padres, madres y abuelos llenaron el auditorio en ambas sesiones, vibrando con cada baile, riendo con cada escena y emocionándose con cada mirada cómplice desde el escenario. Las entradas, repartidas prioritariamente entre las familias, permitieron a todos los alumnos sentirse arropados y valorados en uno de los momentos más especiales de un curso que ya llega a su fin. 

El primer adiós

Por su parte, los 150 alumnos de Educación Infantil también fueron protagonistas con sus propios actos de cierre de etapa. Los más pequeños, de tres y cuatro años, ofrecieron entrañables bailes temáticos en el salón de actos del colegio, con disfraces de superhéroes o egipcios que desataron sonrisas en todas las filas. Mientras tanto, los mayores de Infantil, los niños y niñas de cinco años que se preparan para dar el salto a Primaria, celebraron su graduación en la Biblioteca Municipal. Un acto emotivo, con entrega de diplomas y bailes que cerraron con dulzura esta primera etapa escolar, entre aplausos, alguna lágrima y muchos recuerdos.

Así, entre canciones, guiones y miradas brillantes, el CEIP Gloria Fuertes ha despedido el curso con la lección de la emoción compartida, del trabajo en equipo y del arte como vehículo de aprendizaje. Y sobre todo, la del amor por una infancia que no entiende de rutinas, pero sí de momentos que quedarán para siempre en el corazón.