Después del revés sufrido en el Pleno ordinario del pasado mes de febrero, cuando la oposición tumbó la ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), el equipo de Gobierno municipal no ha renunciado a día de hoy a que esta figura entre en funcionamiento este mismo año.

Al menos así lo ha puesto de manifiesto el alcalde de la capital, Darío Dolz, quien ha asegurado, a preguntas de los periodistas, que la ideal inicial es que la ZBE esté lista y en vigor antes del 31 de diciembre de este año, entre otros motivos, porque, según ha recordado, «la Zona de Bajas Emisiones es una obligación que tenemos todas las ciudades de más de 50.000 habitantes».

Y es que, además, tal y como ha subrayado, si no estuviera en marcha, «eso implicaría la posible pérdida de fondos del Ministerio de Transportes e, incluso, de la Unión Europea para acciones de movilidad en la ciudad de Cuenca».

Para ello, Dolz ha precisado que el concejal de Movilidad, Adrián Martínez, ya se ha reunido con los distintos grupos políticos con representación en el Consistorio y ha escuchado sus sugerencias, «algunas de ellas muy curiosas», que ha preferido no detallar, tan solo haciendo mención a «su tamaño». Propuestas, por cierto, todas ellas verbales, ninguna por escrito, según ha explicado.

Concluida la ronda de conversaciones, ahora toca trabajar en la elaboración de una nueva propuesta de ordenanza de ZBE, que, a juicio del regidor conquense, tendrá que ser «lógica y coherente» y que volverán a presentar al Pleno del Ayuntamiento, que, según ha afirmado, «es el órgano que tiene que aprobar esa definición de Zona de Bajas Emisiones».