Antonio Herraiz

DESDE EL ALTO TAJO

Antonio Herraiz


Niños milagro

16/06/2023

Ha pasado una semana del rescate de los niños de Colombia y se sigue apelando al milagro como respuesta a todos los interrogantes que genera el caso. 40 días a la intemperie con sus 40 noches, rodeados de jaguares y serpientes, ¿cómo lograron sobrevivir? Y nuestra mirada urbanita no sirve para entender nada. Tampoco la de aquellos conocedores del medio rural y de su entorno, por muy abrupto que sea. Te planteas permanecer en soledad más de un mes, en pleno invierno, perdido en cualquier monte o bosque que conozcas desde niño y las opciones de sobrevivir son casi las mismas de que te toque la lotería. Ellos no tenían ninguna cueva en la que cobijarse, cuando es habitual que, durante estas fechas, en la selva virgen de Colombia llueva sin apenas escampar durante 16 horas al día. 
Cuando saltó la noticia andaba ya despierto. Son las cosas del horario de panadero de los de antes, que, cuando el resto duerme, festea o se emplea con deseo en las cosas de la coyunda, te toca trabajar. Eran las dos de la mañana -hora española- y desde Colombia, el presidente Gustavo Petro publicaba un mensaje en su cuenta de Twitter: «Una alegría para todo el país. Aparecieron con vida los cuatro niños que estaban perdidos hace 40 días en la selva colombiana». Gustavo Petro militó en su juventud en el M-19 (Movimiento 19 de abril), un grupo guerrillero que buscaba imponer sus ideas mediante las armas, y, como todos los populistas, maneja a discreción la propaganda. Que todo el mundo tenga derecho a una segunda oportunidad es casi un precepto cristiano; que determinados personajes hagan dudar hasta a los más cercanos es un pecado -venial- de lo más mundano. No era la primera vez que el presidente de Colombia salía a intentar colocarse la medalla. Tres semanas antes, Gustavo Petro había tenido que recular en este asunto cuando confirmó que habían localizado a los cuatro niños desparecidos en Guaviare, pero sin ningún tipo de pruebas. «He decidido borrar el trino», se autocorrigió enseguida el 17 de mayo Petro. Lo del trino es una autenticidad muy simpática que utilizan en algunos países de América, como Colombia, para referirse a palabras como tuit y tuitear. 
Consciente de que el presidente se había precipitado -o no- en aquella ocasión, el sábado pasado, las autoridades colombianas no perdieron ni un minuto en filtrar las imágenes de los niños, con rostro estupefacto y desorientados, rodeados de militares y de los indígenas que les habían localizado. Estaban vivos y en buen estado de salud, salvo con los lógicos síntomas de deshidratación y repletos de picaduras de mosquitos. Lesly, la hermana mayor de 13 años, había conseguido cuidar de sus hermanos durante un mes después de un accidente de avioneta en el que fallecieron su madre, el piloto del aparato y otro adulto que les acompañaba. Aquí hay que volver a poner las luces largas, que es la única forma de entender algo de esta historia que, bajo la mirada de cualquiera de nosotros, es inverosímil. Lesly es de la etnia huitoto y está acostumbrada a vagar sola por la selva; conoce los frutos que son comestibles y los que no y es una «auténtica guerrera», como dijo su abuela. ¿Hasta el punto de poder aguantar 40 días, con otros tres niños pequeños, uno de ellos que cumplió un año durante el tiempo que estuvieron perdidos? «Los milagros existen», reconoció uno de los soldados que participaron en la 'Operación Esperanza'. Y a los que no sabemos apenas nada de la vida en la selva, Lesly, la heroína de esta gesta, nos ayudará a entenderlo cuando escuchemos su versión.