En la iglesia de San Pedro, junto a la Imagen, reposa desde hace unos días una pequeña joya. Es el pasete infantil que la Hermandad de San Pedro está construyendo para que los más pequeños nazarenos puedan participar por primera vez en la Procesión Infantil organizada por la Junta de Cofradías de Cuenca. La ilusión en el seno de esta hermandad de 1.300 hermanos, como no puede ser de otra forma, es desbordante, especialmente en los más pequeños.
El proyecto, que lleva gestándose desde hace varios años, está hoy a medio camino de convertirse en realidad. «Ya llevamos unos años intentándolo», explica Rubén Segovia, secretario de la Hermandad de San Pedro. «Primero hubo que escanear las imágenes grandes para tener una reproducción fiel, y también como medida de preservación en caso de cualquier daño en el paso original».
Aquellos escaneos, realizados hace dos años, han permitido comenzar la creación a pequeña escala del grupo escultórico que compone el paso titular: Jesús, San Pedro, Malco y dos soldados romanos, uno con antorcha y otro con lanza. Las figuras miden unos 45 centímetros de alto y están impresas en 3D en filamento plástico, con un peso aproximado de un kilogramo cada una. «Cada imagen tarda más de 40 horas en imprimirse, porque estamos trabajando con una impresora más bien casera», señala Segovia, que ha fabricado él mismo las piezas en su casa. El secretario subraya que «es un orgullo y un honor poder hacer el paso infantil para mi hermandad y todos los hermanos que la componen» y asegura que el cariño y el amor le han acompañado durante todo el proceso de elaboración.
A día de hoy, las figuras ya están ensambladas, imprimadas y a la espera de ser policromadas. No obstante, «falta pintarlas porque aún están en blanco, construir las andas, hacer las horquillas y encargar los banzos de un tamaño más pequeño». Quieren, además, que «los niños lleven incluso un olivo pequeño para que se parezca lo máximo posible al original», añade. La pintura, una labor fundamental para dotar de realismo a las imágenes, correrá a cargo de su padre, Jesús Segovia, «que tiene mucha mano con las pinturas y se ha ofrecido a hacerlo. Vamos a probar con una figura y, si todo sale bien, seguiremos adelante con él».
Las dimensiones previstas del conjunto son de unos 80 centímetros de ancho por 90 de largo. Las andas aún no están fabricadas, pero no va a suponer ningún problema. En cuanto al peso total, Rubén estima que no superará los 30 kilos, porque «es importante que sea ligero, porque los niños se cansan. Lo he visto ya en otras procesiones infantiles y no queremos que sea una carga excesiva para ellos».
objetivo. El objetivo de la hermandad es que el paso esté completamente terminado y listo para desfilar en la Procesión Infantil del próximo año. Aunque aún no se han inscrito oficialmente, confían en llegar a tiempo. «Queremos tenerlo acabado para diciembre. Así en la junta de hermanos previa a Semana Santa lo presentaremos terminado, ya pintado y montado en sus andas».
La participación infantil será abierta a los pequeños hermanos de entre cinco y doce años. «Pondremos una lista en la junta general para que quien quiera apuntarse lo pueda hacer. Ojalá podamos reunir unos 14 o 16 niños. Como mínimo, doce banceros sería estupendo», explica Rubén Segovia.
La acogida del proyecto ha sido todo un éxito entre los hermanos. «Lo presentamos en la festividad y gustó muchísimo. Fue muy bonito ponerlo al lado del paso grande y ver la comparación. Fue un momento emocionante». Sin embargo, hay alguien que en persona no podrá verlo, pero sí que está muy presente en la hermandad. Rubén Segovia recuerda la figura de Jesús Saiz, fallecido el año pasado, «que fue uno de los impulsores del escaneo original de las imágenes. Él tenía mucha ilusión con este paso infantil, aunque no ha llegado a verlo, su colaboración ha sido fundamental para que esto haya podido arrancar».
Este paso infantil no solo nace del entusiasmo personal y familiar de los Segovia, sino también como respuesta a una necesidad. «Ya casi todas las hermandades tienen su pasete infantil. Los niños nos lo llevan pidiendo mucho tiempo. Tienen muchísima ilusión y no queríamos que el San Pedro se quedara fuera», remarca.
Así, entre impresiones 3D, pinceles familiares y andas aún por construir, la Hermandad de San Pedro va dando forma a un proyecto que es, sobre todo, una forma de hacer que los más pequeños vivan como protagonistas la Semana Santa de Cuenca.