En primera línea para afrontar por tercera vez un reto mayúsculo. No tiene miedo y tampoco duda de su condición física y mental para plantarse a pocos metros de una manada de toros. Sergio Soria partirá este domingo hacia Pamplona para participar en los Sanfermines -empiezan hoy y acaban el 15 de julio- y correrá hasta tres encierros consecutivos, concretamente de lunes a miércoles. El motivo de su arriesgada aventura se centra en el «subidón de adrenalina que se siente».
Este conquense vestirá con camiseta y pantalón blanco. En su mochila llevará dos pares de zapatillas, uno para correr en suelo mojado y otro para hacerlo en seco. En el cuello portará su «imprescindible» pañuelo rojo de San Mateo, que es el que usa en cada festividad. También llevará consigo un pequeño móvil y el carnet de identidad para que sea rápidamente identificado en caso de sufrir una cornada o accidente en el transcurso de la carrera. «No necesito nada más», señala.
Sergio Soria lleva «el toro en la sangre». Es un aficionado a los encierros y desde hace muchísimos años ejerce como maromero en las fiestas de San Mateo. Eso sí, «no tiene nada que ver» la tradición matea con la que vivirá en los próximos días. Este conquense, que ejerce en su día a día como funcionario, asegura que está «totalmente preparado», pese incluso a que en el último mes no ha podido entrenar para la cita navarra debido a una lesión de tobillo. No obstante, este maromero recalca que realiza ejercicio «entre tres o cuatro veces a la semana durante todo el año».
Desafío. Sergio detalla que «son muchas sensaciones cuando estás en la carrera». Él intentará ponerse al frente de la misma durante treinta segundos para completar un sprint de 100 metros de distancia. En este tiempo, que para él es «como una hora», vivirá «una sensación única». Entre otras cosas porque «yo miraré de cerca al toro y él me mirará a mí, le oiré el aliento y la respiración e incluso escucharé el sonido de los cascos de los animales cuando entran en contacto con el asfalto».
Evidentemente, este conquense es consciente de que existe «peligro» y que podría sufrir una cornada del toro o tropezar entre los corredores y quedar atrapado entre la multitud. Ni una cosa ni otra le impedirán participar en los encierros. Eso sí, su actuación dependerá de cómo «actúe el toro porque puede incluso que no tenga la opción de ponerme por delante y correr». Es «todo una incógnita» cuando corres, ya que puede ocurrir cualquier cosa.
Este aventurero de 46 años tiene sus sueños y quiere alcanzarlos. Desea hacer lo que más le gusta. La hoja de ruta que tiene es partir de Cuenca el domingo a las doce de la noche y llegar a Pamplona a las cinco de la mañana. Tendrá poco tiempo para dormir, pero intentará pegar ojo para descansar un poco, aunque la previsión que tiene es hacerlo solo dos o tres horas. En el viaje estará acompañado por un amigo de Barcelona, que verá los encierros detrás de la barrera. Eso sí, será pieza clave para que «vigile que todo va bien y que, en caso de que pase algo, esté alguien conmigo», explica.
Sergio tiene que estar minutos previos a las ocho de la mañana, que es cuando arranca la carrera. El chupinazo será la señal que todo corredor escuchará antes de asumir el reto. Él se personará en la cuesta Santo Domingo para comenzar con el encierro y será, si no cambia nada, a partir de la bajada de Telefónica donde empezará su gran desafío.
Mensajes. El maromero reconoce que su entorno le ha dicho directamente que «está loco» o que es «muy arriesgado». Incluso una persona «muy especial para mí me ha pedido que no vuelva a salir con los toros». No obstante, Sergio Soria partirá para cumplir una vez más con uno de sus sueños y aficiones. En estos Sanfermines espera y desea que «todo transcurra con normalidad y que la gente disfrute y se lo pase bien sin tener que escuchar luego malas noticias».