«He sido fiel a mí mismo con una pieza sobre cerámica»

J.L.E.
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Rubén Navarro asume con gran «ilusión» la responsabilidad de elaborar su primer cartel, que es para ilustrar las fiestas mateas

Rubén Navarro muestra el cartel de San Mateo - Foto: M. A. Ramón

El cartel de San Mateo es muy novedoso, sobre todo por la técnica empleada por su autor Rubén Navarro. Este ceramista «conquense de Villarrobledo», que llegó a Cuenca con tres años empezó a crear figuras cuando era muy pequeño en un torno a su medida que encargó su padre, el insigne ceramista Adrián Navarro. La cerámica le atrajo pronto y aprendió el oficio de la mano del mejor maestro. Completó sus estudios de cerámica artística en la escuela Superior de Cerámica de Manises y de grabado, cerámica contemporánea y nuevas tecnologías en la Fundación Juan March. 

¿Qué significa para ti ser el cartelista de San Mateo 2023?

Era algo inesperado, pero el encargo del alcalde me dio una gran alegría. Eso sí, al cuarto de hora se convirtió también en presión y responsabilidad. Pero es un halago, una sorpresa y una inmensa alegría.

¿Pasó por tu cabeza alguna vez ser el responsable del cartel?

No. Nunca pensé que iba a tener la oportunidad de hacer el cartel de una de las tres grandes fiestas de Cuenca, como es San Mateo.

¿Por qué crees que te designaron?

Realmente, aún siendo ceramista, dibujo mucho e ilustro mucho sobre mis piezas. Tal vez han visto por mi trayectoria o mi forma de trabajar que era el indicado.

¿Cómo fue ese momento en el que Darío Dolz te lo comunica?

La secuencia fue curiosa. Mi tienda de exposición está justo al lado del Ayuntamiento. A las nueve de la mañana subí a la tienda hacer unas cosas previas a la apertura y fue el alcalde el que entró hacia la nueve y algo de la mañana. Me dijo que tenía una propuesta que hacerme. Me la explicó y acepté.

Mucho tiempo nos has tenido para crear el cartel...

La verdad es que no he tenido mucho. Una vez aceptado el encargo dejé de pensar en el tiempo que tenía y me metí en el taller mañana, tarde y noche para hacerlo. Además, he sido fiel a mí mismo y he hecho una pieza sobre cerámica.

¿Cómo ha sido el proceso de crear el cartel desde el punto de vista de un ceramista?

Lo he hecho directamente en una plancha cerámica, con lo cual no me es ajeno expresarme a través del dibujo, la imagen o de otras técnicas que utilizo. No sólo dibujo jarrones, también hago ilustraciones sobre pequeños murales. Estoy acostumbrado a expresarme a través del dibujo, de la imagen, que es algo que me ha gustado desde que inicié mi andadura por este oficio.

¿Y el proceso creativo? ¿Cómo arranca?

Como siempre. Empiezo a bocetar en papel, a hacerme esquemas, ideas... El mismo día que el alcalde me hizo el encargo empecé a darle vueltas. No quise ver carteles anteriores para que no me influyeran aunque sí que tenía en la memoria el último cartel, el de Julio Palencia. Sobre una idea trabajas el proceso. 

¿Cuáles son las líneas básicas del cartel? 

He hecho un pequeño homenaje a la materia con la que yo trabajo siempre. Podía haberlo hecho sobre cartón o lienzo, pero lo he hecho sobre una plancha cerámica y la idea básica es, por supuesto, la vaca, el maromero y el corredor. Todo en un contexto del Casco Antiguo, por donde corre la vaca, pero que para mí tienen una simbología especial.

No has querido ver carteles anteriores. ¿En qué crees que se diferencia tu cartel?

El material sobre el que está hecho el original. Es una plancha muy grande de cerámica, sobre la que he pintado. Luego los tiempos del ceramista son los mismos que del artista que pinta al óleo y demás. Ha seguido todo el proceso de una pieza cerámica y luego, eso sí, se ha digitalizado para que sea un cartel. El tema es muy concreto y todos los carteles giran en torno a San Mateo.

Decías que has sido fiel a ti mismo. ¿Es un ejemplo de combinación de tradición con la innovación tecnológica?

Así es. He utilizado algunas de las técnicas de cuando dibujo sobre jarrones o piezas. He sido fiel a mí mismo en cuanto a la línea del dibujo. Es un cartel, una cosa distinta a un cuadro o a un mural.

¿Empiezas a notar la importancia que tiene este cartel para los conquenses?

La verdad es que me he abstraído un poco. Mucha gente me ha felicitado por el encargo y ya ahí empiezas a darte cuenta de la responsabilidad que tienes. Era consciente de que era importante pero empiezas a intuir lo que supone. Y la verdad es que noto cierto cosquilleo.

¿Las opiniones de la gente te sirven de estímulo?

Primero son felicitaciones y luego son opiniones. Cuando haces un cartel o un tipo de obra como este, además en Cuenca, donde ya sabemos lo que pasa cuando sale el cartel de Semana Santa o San Mateo, hay opiniones tanto positivas como negativas. Pero en cualquier caso espero que sean constructivas y claro que me sirven. El mundo del arte es así, todo el mundo opina.

¿Qué es lo que más te gustaría que dijeran del cartel?

No me he puesto en esa tesitura... pero que dijeran que plasma Cuenca, que plasma San Mateo estaría bien.Que se perciba la esencia de que es Cuenca y San Mateo.

¿Con tu padre, el también ceramista Adrián Navarro, has hablado del cartel?

Claro. Le dije la idea que tenía. Para mí, su siempre opinión ha sido fundamental porque es muy importante. Él ha ido viendo el proceso, se lo he ido mostrando.

Imagino que se siente muy orgulloso...

Está contento y expectante porque al final, a él también le preocupa la acogida que tenga el cartel. Pero desde el primer momento está orgulloso y muy contento

¿Qué crees que ha cambiado de la fiesta de San Mateo en los últimos años? 

Ha cambiado mucho. Lo percibo porque he pertenecido a una peña matea, he subido con mis amigos... Antes era mucho más tranquila.Ahora es una fiesta a la que la gente sube desde muy joven, hay actividades como la Recreación Histórica, que está muy bien porque aporta el conocimiento y el porqué de la fiesta matea, de la vaca. 

¿Estás acostumbrado a vivir la fiesta matea pero qué cambia al hacerlo como cartelista?

Va a ser intenso. Las he vivido mucho, estos últimos años en plan más tranquilo, pero creo que las voy a disfrutar de una manera intensa y emocionante. 

¿Vas a correr la vaca?

Bueno... me lo voy a pensar. Igual me echo alguna carrerilla para recordar viejos tiempos. No estaría mal como homenaje a mí mismo y a la vaca.