La natalidad entre los conquenses no vive, precisamente, uno de sus mejores momentos. De hecho, el descenso paulatino y constante del número de nacimientos se viene haciendo más que patente año tras año, hasta el punto de que la última estimación mensual del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente a mayo de 2023 arroja la peor cifra de los últimos ocho años en este mes.
Y es que en el quinto mes del presente ejercicio se han registrado en la provincia de Cuenca tan solo 86 alumbramientos, un dato que nada tiene que ver con los registrados en ese mismo mes desde 2016. No en vano, esta cifra es un 31,2 por ciento inferior a la de mayo de hace ocho años, cuando se elevaron a 125.
A la baja. Y de hecho, no hay que remitirse a tantos años atrás para comprobar la tendencia a la baja. Basta con compararlo con el número de nacimientos de hace un año, cuando se estimaron en 107, por lo que se ha experimentado un descenso del 19,6 por ciento; en concreto, 21 menos.
En el último año, se han producido 28 nacimientos menos de enero a mayo. - Foto: Reyes MartínezA pesar de esta constante evolución a la baja del número de nacimientos en el mes de mayo de los últimos ocho años, el de 2017 fue la excepción que confirma la regla.
Y es que en esos 31 días se produjeron en la provincia un total 141 alumbramientos, la cifra más alta en ese mes desde 2016, un 39 por ciento por encima de mayo de 2023.
El segundo mayo en este periodo que más nacimientos contabilizó fue el de 2016, con 125; seguido de los 124 de 2018, los 119 de 2021, los 117 de 2019, los 107 de 2020 y 2022 y los 86 del presente ejercicio.
La situación no es muy distinta si se analiza la evolución de la natalidad en nuestra provincia en lo que llevamos de año. Y para muestra, un botón. En estos cinco primeros meses del presente ejercicio se estima que nacieron un total de 458 bebés, 142 menos que en el mismo periodo de hace ocho años, cuando esta cifra se elevó a los 600, un 23,7% más.
El mayor número de alumbramientos se ha producido entre las madres de 30 a 39 años de edad. - Foto: Reyes MartínezEn el último año, la tendencia a la baja no varía, aunque, eso sí, la diferencia es de menor envergadura, puesto que de enero a mayo de 2022 se contabilizaron 486 nacimientos, 28 más que en la actualidad, lo que equivale a un descenso anual del 5,8 por ciento.
En estos últimos ocho años, los cinco primeros meses de 2016 arrojaron el mayor número de alumbramientos. Le siguieron los 585 de 2017, los 562 de 2019, los 542 de 2018, los 509 de 2021, los 501 de 2020, los 486 de 2022 y los 458 de 2023.
Edad de las madres. Casi siete de cada diez de las conquenses que fueron madre en mayo de este año tenían una edad comprendida entre los 30 y los 39 años; en concreto, en 57 de los 86 nacimientos registrados en este periodo.
Eso sí, si acotamos más aún la franja de edad, se puede constatar que las conquenses de entre 30 y 34 años aglutinaron el mayor número de alumbramientos, con 35, lo que supone el 40,7% del total. Le siguieron, las de 35 a 39 años, con 22 nacimientos; de 25 a 29, con 12; de 20 a 24 y de 40 a 44, con 7; de 15 a 19, con dos; y de 45 a 49, con uno.
Llamar la atención sobre la impresionante caída de los partos entre jóvenes de 15 a 19 años, que en ocho años han pasado de los 6 de 2016 a los dos del presente ejercicio.
Defunciones. El contrapunto a esta caída de la natalidad durante mayo la pone el descenso de los fallecimientos en este mismo periodo, aunque, eso sí, ni por asomo, compensa el desfase demográfico. Y es que estamos hablando de que mientras nacieron en el quinto mes del año 86 bebés en la provincia, fallecieron, por otro lado, 189 personas.
Aun así, es de resaltar la evolución a la baja de las defunciones en el mes de mayo a lo largo de los últimos ocho años. Periodo en el que se ha registrado un descenso del 6,4%, al pasar de las 202 muertes de mayo de 2016 a las actuales 189, es decir, han tenido lugar 13 menos. Caída que es mayor aún en los últimos doce meses, cuando se pasa de los 224 fallecimientos a los 189 actuales. Indicar, por último, que seis de cada diez muertes corresponden a personas con más de 85 años.