Lo más probable es que en los últimos meses haya tenido algún problema en su farmacia de confianza para conseguir el medicamento que le acababa de recetar su médico de familia. Una situación que parece ser que se ha convertido de un tiempo a esta parte en algo muy habitual en las boticas de nuestro país, especialmente desde la recta final del pasado año, y de la que no son ajenas las farmacias conquenses.
No en vano, tanto desde la Cooperativa Farmacéutica Conquense (Cofarcu) como del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cuenca (COFC) se constatan estos problemas en el suministro de algunos medicamentos que traen de cabeza tanto a pacientes como a los propios farmacéuticos.

La presidenta de Cofarcu, Ana María Cantarero, afirma que durante todo el invierno se están registrando falta de antibióticos, especialmente jarabes infantiles, así como de antipiréticos, a los que se han sumado los antiestamínicos. 

Y es que, tal y como precisa, la demanda de estos productos se ha disparado de manera notable y en ello, a su juicio, ha influido, y mucho, la retirada de la mascarilla, que, por ejemplo, en los dos años anteriores, cuando era obligatoria, prácticamente no hubo procesos gripales ni catarrales, lo que «nos obligó a devolver los jarabes de invierno caducados».

Pero esta escasez no solo está afectando a estos medicamentos, sino que también lo está haciendo a otros para procesos crónicos, como es el caso del jarabe Fluidasa utilizado para el tratamiento de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

En términos similares se pronuncia la presidenta del COFC,   Luz Moya, quien indica que, a pesar de que esta problemática no es nueva, «sí que es verdad que últimamente es bastante más acuciante» y también se está dando con otros fármacos como las insulinas o aquellos prescritos para el tratamiento de la ansiedad.

Una situación,  a juicio de ambas profesionales, preocupante, máxime cuando coinciden en señalar que no hay una solución a corto plazo, sino «todo lo contrario», como precisa Cantarero, a tenor de lo manifestado por algunas asociaciones de distribuidores.

Causas. Detrás de este desabastecimiento, el sector farmacéutico  sitúa desde la escasez de materias primas para la fabricación de los principios activos o los blíster, con motivo de la pandemia de la Covid-19 y la guerra de Ucrania, a los bajos precios de los medicamentos regulados por el Sistema Nacional de Salud en nuestro país. 

Precios tan bajos que, a juicio de Cantarero y Moya, están provocando que muchas veces las multinacionales farmacéuticas prioricen la distribución de sus productos a otros mercados más rentables que el español. 

De ahí que consideren crucial que la autoridad sanitaria lleve a cabo una revisión de precios con el fin de que los laboratorios vean a España con otros ojos, además de  instar a las autoridades a que se busquen otras estrategias encaminadas a evitar ese desabastecimiento.

En esta misma línea, Moya indica otra cuestión importante, como es la modificación de la Ley Nacional de Garantías y Uso Racional del Medicamento para habilitar a los boticarios a cambiar la forma farmacéutica de un medicamento sin necesidad de que el paciente tenga  que volver a su médico de cabecera para que le prescriba el nuevo formato del fármaco.» Eso contribuiría a un mejor aprovechamiento del stock de medicamentos.

En todo caso, ambas lanzan un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía porque «de momento hay sustitutos para prácticamente todos los medicamento y contamos con  Farmahelp para encontrarlos».