Qué papelón

Manu Reina
-

Segundo Santos y Álvaro Martínez elaboran con mimo papel artesanal y manipulan después este soporte para hacer infinidad de productos

Qué papelón - Foto: Manu Reina

La calidad es indiscutible. La textura es la mejor del mercado porque directamente hay un proceso de elaboración artesanal detrás, con todo el mimo y cuidado que se tiene siempre. Es también el soporte más demandado para escribir o estampar todo tipo de decorados, por mencionar solo algunos de sus múltiples usos. Así es el papel producido por el maestro artesano Segundo Santos y su discípulo Álvaro Martínez, quienes junto a Elisa siguen ejerciendo esta profesión antiquísima en un pequeño taller anclado en el Casco Histórico de la capital. 

Segundo Santos, que lleva en este oficio casi medio siglo, se resigna a dejar de elaborar papel, pese a que su jubilación llegó hace años. Este conquense sigue empeñado en ejercer de forma artesanal porque así «se obtiene el mejor resultado». En el proceso de elaboración «trabajamos, principalmente, con celulosa de lino y algodón» y después de «refinarlo» producen el soporte más preciado. Tienen además infinidad de soportes para elaborar unidades de distintos tamaños, según el pedido o encargo. Segundo, que centra ahora todas sus fuerzas en armar libros de artista, comenzó en este oficio a raíz de leer un libro de Fernando Zóbel donde se explicaba detalladamente cómo ponerse manos a la obra en esta materia. El procedimiento es complejo si uno no tiene conocimientos. Álvaro Martínez, que lleva muchos años bajo la tutela de Segundo, explica que «no es fácil pero, poco a poco, he adquirido la técnica», que incluye mucho esfuerzo hasta llegar a colgar las hojas para su secado, tanto que obliga a manejar diferentes herramientas rudimentarias, moldes, esponjas y también armarse de paciencia.

Cuando tienen listo el papel, es la hora de «manipularlo». Ese paso, lejos de las habitaciones mojadas por los gajes del oficio, se traduce después en «carpetas, lámparas, cajas, libros o portanotas». En definitiva, «todo lo que se puede hacer con papel, excepto barcos o aviones», bromea el maestro artesano. Cada objeto que elaboran, con un paso previo de diseño, tienen «muchas variedades, tamaños y estilos».

Qué papelónQué papelón - Foto: Manu Reina

Ahora están inmersos en un proyecto que les ilusiona mucho. Álvaro detalla que «estamos haciendo un papel específico y con marca de agua a favor de una Casa de la Misericordia de Granada». El papel que elaboren se utilizará para estampar poemas o escritos. Lo llamativo es que en este encargo están usando «trapos» para fabricar las hojas. Y es que otra de las facultades de estos artesanos es que «probamos con muchas fibras porque es muy amplio el abanico, especialmente de plantas y árboles», apunta el joven, que ya tiene una tienda abierta en la Plaza Mayor para dar salida a todas sus creaciones.   

Arte. Estos amantes del papel nutren continuamente a los alumnos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Castilla-La Mancha y la Escuela de Arte Cruz Novillo. «Es muy importante para nosotros este público y nos alegra mucho poder entregarles el mejor soporte». Los estudiantes están encantados porque encuentran en este taller, ubicado en la calle Cabañeros de la capital, un amplio catálogo de material. Y es que, tanto Santos como Álvaro, al igual que Elisa, hacen papel para técnicas de «grabado, estampación, punta seca, acuarela o carboncillo, entre una amplia variedad».

Más fotos:

Qué papelón
Qué papelón - Foto: Manu Reina
Qué papelón
Qué papelón - Foto: Manu Reina
Qué papelón
Qué papelón - Foto: Manu Reina
Qué papelón
Qué papelón - Foto: Manu Reina
Qué papelón
Qué papelón - Foto: Manu Reina
Qué papelón
Qué papelón - Foto: Manu Reina

Estos artesanos siguen ejerciendo en aquello que les apasiona. Segundo Santos hace además un alegato y deja claro que «el papel tiene toda la vida, no se ha muerto» e incluso recalca que «así seguirá siendo siempre», al menos cuando existe ese relevo generacional necesario. Los nuevos artesanos seguirán remangándose para obtener el mejor formato, tal y como se viene haciendo desde hace más de veinte siglos.