«No tenemos ni una gallina enjaulada»

José Luis Enriquez
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El CEO del grupo Avícola Rujamar habla de los importantes planes de expansión de una empresa pionera en España a la hora de un modelo alternativo y sostenible para la producción campera y ecológica de huevos

Rubén Martínez - Foto: LT

Más de un millón y medio de huevos diarios, dos millones de gallinas y una facturación de 70 millones de euros prevista para este año son algunas de las cifras que maneja Rujamar. La empresa con sede en San Lorenzo de la Parrilla es una de las más importantes del sector avícola en España y prepara ambiciosos planes de futuro. De todo ello habla el CEO de la compañía, Rubén Martínez (Cuenca, 1979), un empresario inquieto, que duerme poco, ama su trabajo y que predica con el ejemplo. No solo desayuna huevos cada día –hasta seis– sino que en su empresa no hay gallinas enjauladas porque «no entra en mi cabeza que cualquier animal que esté en una jaula pueda estar bien».

¿Cómo se llega desde una pequeña granja a lo que hoy es Rujamar?

Mucho trabajo, sacrificio, perseverancia y voluntad de hacer las cosas bien. Aunque tengas muchas ganas de trabajar y te sacrifiques, si no existe un buen objetivo y no vas por la senda correcta al final no vas a poder dar el salto hacia un crecimiento un poco moderado.

Una vez que se llega arriba como una de las empresas avícolas más importantes toca consolidarse...

Mi padre me decía cuando íbamos a los toros, éramos muy taurinos, y yo criticaba a Enrique Ponce porque toreaba mucho con la punta de la muleta una cosa que no olvido: 'No critiques tanto porque lo difícil en esta vida no es llegar, es mantenerte'. Es cierto que me costó un montón porque yo venía de un empleado con una facturación de 40.000 euros, y ahora las ventas llegarán a 70 millones de euros y tenemos más de 200 empleados. Fue un camino difícil porque en el sector agroalimentario, sobre todo en la avicultura de puestas, la inversión es muy fuerte y el retorno de la inversión es muy bajo o perdura mucho en el tiempo y tardas mucho en devolver la deuda. Los financiadores convencionales, que son los bancos, es complicado convencerles para un crecimiento exponencial como el que  he tenido. De hecho, en mis orígenes tuve que tirar de inversores alemanes, luego de los bancos y hace un par de año metimos un socio inversor que nos ha ayudado. Pero no busco mantenerme, sino crecer mucho más. Hemos tenido dos años de estancamiento, o mejor dicho, de asimilación de las inversiones, y ahora tenemos por delante un crecimiento, tanto orgánico como inorgánico, espectacular.

¿Por dónde pasan los planes de expansión de Rujamar?

Los planes pasan por un incremento del número de aves con la adquisición de Avícola Mondejana, en Mondéjar (Guadalajara), vamos a hacer un núcleo nuevo de gallinas camperas en Honrubia, unos criaderos para abastecer a las aves, las oficinas de aquí... Es decir, vamos a tener un importante crecimiento en los próximos dos años. Aparte de eso, estamos echando los trastos a ciertas compañías con poder en el sector del huevo en España y Portugal.

Hablaba de instalar oficinas en la capital. ¿Hay plazos?

Ya lo tenemos clarísimo y está aprobada en el consejo de administración la inversión. Hemos comprado el terreno. Tenemos el visto bueno de los proyectos y lo vamos a presentar en breve al Ayuntamiento para la consecución de la licencia de obras para empezar rápidamente. Nuestra idea es que en septiembre u octubre del año que viene estemos instalados, con toda la gente de estructura de Rujamar, con una veintena de personas que se vienen para acá, más algún puesto de trabajo nuevo que crearemos. Además de los empleos la repercusión que tienen las visitas que recibimos es mucha. Tengo una media de 17 visitas diarias, e igual que yo otros directivos.

¿Cuáles son las grandes cifras de Rujamar?

Tenemos dos millones de gallinas, más de un millón y medio de huevos diarios y 500.000 plazas de recría. La facturación este año rondará entre los 65 y 70 millones de euros. Hay más de 200 puestos de trabajo directos e indirectos también hay muchos porque, por ejemplo, subcontratamos el transporte.

¿Qué papel ocupa la sostenibilidad en esta empresa?

La sostenibilidad es una palabra que está de moda, que ahora a todo el mundo le gusta usar. Llevo trabajando en la sostenibilidad diez años porque para mí no ha existido nunca un proyecto de crecimiento en Rujamar sin llevar la sostenibilidad de la mano. Siempre tenemos en cuenta en cada proyecto el impacto y nos preocupamos de que tenga la mínima repercusión para el medio ambiente y generaciones futuras.

¿Puede poner algún ejemplo?

Tenemos un compromiso de reducción de huella de carbono anual, el cien por cien de la energía es de fuentes renovables propias o procede de fuentes renovables. Conforme se va cumpliendo el renting de vehículos de empresa los estamos comprando con etiqueta cero, eliminamos las jaulas en favor del bienestar animal, etc. Tenemos un compromiso brutal con la sostenibilidad.

¿Rujamar se ha anticipado a las leyes de bienestar animal?

Sí. Hay una ley no es escrita todavía en la que se comenta que a partir de 2025 en Europa, que a lo mejor en España se retrasa un par de años más, las grandes superficies no van a comprar a proveedores que tengan gallinas enjauladas. Quedan dos años y está creando mucho revuelo porque hay que hacer una importante inversión. Pero nosotros, desde julio de 2018 no tenemos jaulas. Somos la única empresa grande en España que no tiene ni una sola jaula. No porque me lo haya impuesto ningún cliente, sino porque yo, como CEO, creo que tenemos que cuidar a los animales que nos dan de comer. No entra en mi cabeza que cualquier animal que esté en una jaula esté bien.

Pero la producción se encarece...

Cuando tienes una gallina en una jaula el granjero es el que tiene el control y el manejo es más fácil. Pero cuando tienes aviario no tienes el control de la nave porque la gallina está libre. Tienes que educarla a los ruidos, a comportarse , cuando duerme, cuando pone... Es un trabajo complejo que requiere de grandes profesionales.

El sistema de jaulas sigue siendo mayoritario, pero va a desaparecer, ¿no?

Aún en España hay un 65% de gallinas enjauladas. Hay muchos granjeros que son reacios a este tipo de inversiones, pero no por lo que cuestan. Las producciones en un sistema alternativo, ya sea en suelo campero o ecológico, nada tiene que ver a la que se tiene en jaula, ya que en ésta es muy fácil producir.

¿Cómo afectan al sector esas noticias recurrentes en los medios sobre condiciones lamentables de gallinas en algunas explotaciones?

Lamentables... Habrá algún descabezado que haga las cosas mal. No olvidemos que la gente produce en jaula de manera legal porque así lo dice la Unión Europea. Hay una ley de 2012 en la que nos hicieron transformar las jaulas en enriquecidas y mientras no exista otra ley los productores tienen jaulas. De hecho, hay granjas de jaulas en España modélicas, limpias y perfectas, que hacen las cosas muy bien, pero con gallinas enjauladas. Que se quiera utilizar desde medios extremistas o que buscan otros fines diciendo que la jaula es un desastre, que están las gallinas fatal, que se están muriendo o que maltratan al animal, es llevarlo al extremo. Igual que digo que quité las jaulas y que estoy orgulloso de ello, también te digo que está permitido por ley.

¿El huevo es uno de los productos agroalimentarios que ofrece más garantías al consumidor?

Sï. Hay granjas y granjas. Es como todo.Según el profesional que venda el producto y según las inversiones que haya trabajado en su seguridad alimentaria y trazabilidad, que van siempre ligadas al volumen. Una granja pequeña poco puede hacer para dar una seguridad cien por cien al consumidor en cuanto a unos requerimientos de medios que hay que tener para los controles. En Rujamar, y más con la tecnología que hemos incorporado el sistema blockchain te puedo decir con un paquete a qué hora se puso el huevo, en qué nave, qué camión hizo el reparto, en qué centro se repartió, cuánto estuvo allí... Te puedo decir todo. Eso si lo llevamos a una posible alerta sanitaria, que puede pasar, tenemos una detección inmediata para saber dónde está el problema. ¿Eso lo tiene todo el mundo? Pues no. La gente lo que hace es poner el código que te exige la normativa. Algunas grandes superficies te exigen que pongas la fecha de consumo preferente en el huevo, no es obligatorio, y luego que en el estuche o el paquete que te venga el lote para que sepas el historial.

¿La inflación se nota?

Inevitablemente la inflación en el huevo está presente porque nos han subido los costes. El precio ha subido lo que ha tenido que subir. No estamos trabajando con más márgenes ahora. Antes una docena de huevos costaba 1,49 euros y ahora, dos euros. Ha subido 50 céntimos. Los costes de producción nos han subido un 25 por ciento y los márgenes están igual o son un poco menores que antes. Me interesaría facturar menos, con el mismo margen, que no facturar tanto con menos margen.

¿Se consumen más huevos o menos?

El huevo es de los pocos alimentos de la cesta de la compra que ha incrementado su consumo. Independientemente de que ha subido el precio de la docena, nosotros hemos incrementado entre un 15 y un 20 por ciento las ventas en los supermercados. Es una barbaridad. Con las producciones actuales no somos capaces de absorberlo y si saltase una pequeña gripe aviar en Francia, Alemania, Holanda o Italia se crearía un desabastecimiento de huevos en Europa que sería brutal porque vamos al límite. No somos capaces de suministrar todos los huevos que piden los clientes.

No quiero terminar sin hablar del recordado Pepe Domingo Castaño y de la campaña de Rujamar a la que puso voz en la Cadena Cope para Tiempo de Juego. ¿Por qué su empeño? 

Habíamos hecho nuestros pinitos, salimos en Telecinco y en los mupis de los supermercados. Tuvo repercusión y a raíz de esa campaña nos conocieron más. Pero yo tenía un sueño. Cuando era un joven deportista escuchaba a Pepe Domingo en Carrusel Deportivo y nos encantaban los anuncios. Tenía el sueño de que me anunciase y en la segunda ola de publicidad le comenté a nuestro departamento de márketing que se pusieran en contacto. Nos pasaron unos honorarios y me dijeron que aunque los aceptara, Pepe tenía que dar el visto bueno. Comimos con él, fue muy ameno y nos caímos muy bien. Él tenía que ver la persona que había detrás del anunciante y sentirse a gusto.

¿Qué supone para usted la pérdida de Pepe Domingo Castaño?

Una pena. Es un hombre al que podría haber disfrutado más porque tenía mucha vida. Era un hombre sencillo, inteligente, con una gran vitalidad, gran capacidad de trabajo y de vivir la vida. En el poco tiempo que estuve con él aprendí mucho. Apenas lo conocí un año pero es de esa gente que te deja huella y piensas: 'Qué pena tan grande que un hombre tan valioso nos haya dejado'.