Con el horizonte puesto en mayo de 2023, la nueva fecha tope marcada para la adecuación de los sistemas de calefacción central a consumo individual, una regulación establecida en el Real Decreto-Ley 736/2020 que afectará a dos millones de hogares en nuestro país, muchas son las comunidades de vecinos que están solicitando ya los oportunos estudios a las empresas de mantenimiento.
Andrés Salcedo, presidente de la Asociación Provincial de Empresas Instaladoras de Calefacción, Climatización, Fontanería y Gas, englobada en CEOE Cepyme Cuenca, aseguraba a La Tribuna que «existe mucha confusión en este asunto y conviene subrayar que las calefacciones centrales no sólo continuarán, sino que son las más eficientes y a medio plazo todas las que se hicieron individuales en su día volverán a ser colectivas por una cuestión de eficiencia; lo que este Real Decreto establece es la necesidad de individualizar el consumo con contadores a la entrada de las viviendas, donde se especifique el gasto a pagar en función de ese consumo real, es decir no se trata de poner una caldera individual en casa, sino un contador».
Recuerda que nuestro país lleva un retraso de varios años respecto a la normativa europea, incluso la UE ya sancionó en su día a España por no haberse adaptado a la misma antes del 31 de diciembre de 2018. «En esta ocasión las previsiones son muy positivas, porque ya ha habido una adaptación nacional a la normativa anterior que permitirá a cada vecino pagar en función de lo que gasta», puntualiza.
El presidente de Acoin matiza que los proyectos que realicen las comunidades deben priorizar la viabilidad económica y técnica de los sistemas, de tal manera que la empresa mantenedora garantice que en tres años el desembolso realizado pueda amortizarse, en ese sentido Salcedo subraya que «la inmensa mayoría son rentables y técnicamente posibles, aunque hay algunas instalaciones muy antiguas donde es complicado esa rentabilidad, concretamente algunas pensadas para calderas de carbón de los años 50, las cuales deberían llevar otro tipo de planteamiento, aunque se hayan incluido aquí».
El sistema ideal es el contabilizador de energía que puede instalarse perfectamente en aquellas instalaciones por anillos a la entrada de la vivienda, ofreciendo una lectura exacta, aunque también está el sistema de repartidores de costes para las instalaciones en columnas, que se colocan en cada uno de los radiadores de la vivienda.
Coste aproximado. Preguntado por el coste aproximado que puede suponer para el ciudadano este proceso, explica que debe estudiarse cada instalación, «cuando son por ascendentes suele rondar los 70 euros por radiador y cuando se trata de un contador único está, al menos, en los 400 euros por vivienda, es decir un desembolso medio de entre 400 y 500 euros, es una inversión que normalmente se puede financiar a través de líneas de crédito especiales, pero es imprescindible hacerla si es técnicamente viable porque la repercusión en los costes del combustible será más que notable, de hecho el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía estima que las comunidades ahorrarán entre un 24 y un 40 por ciento al poner estos sistemas».
Aunque es todavía difícil de cuantificar el parque de viviendas afectado por esta adecuación energética en la provincia, al no disponerse de base de datos cerrada, Andrés Salcedo estima que «en Cuenca capital podemos estar hablando de entre 6.000 y 8.000 viviendas afectadas, un número muy importante, de hecho si tuviéramos que afrontar esa transformación a la vez y cumplir la fecha de la normativa, ahora mismo no tendríamos suficiente mano de obra cualificada para llevarla a cabo».
Finalmente, el presidente de la Asociación Provincial de Empresas Instaladoras de Calefacción adelanta a La Tribuna que en Cuenca ya existen incluso proyectos para establecer una red de calor completa de la capital, con una sola sala de calderas y donde cada comunidad tenga su contador y cada vecino su propio termostato, «es un proyecto que lleva tiempo gestándose y en breve aparecerán probablemente más de uno, porque es un sistema de futuro que garantiza una mayor sostenibilidad».