Cinco años de espera. Sin embargo, cada vez está más cerca la reapertura de la antigua iglesia de San Miguel, sede habitual de actuaciones de la Semana de Música Religiosa y del pregón de Semana Santa. Cerraba sus puertas en 2019 debido al notable deterioro de sus cubiertas y a las importantes humedades en su interior, lo que llevó posteriormente al Ayuntamiento de la capital a solicitar al Consorcio de la Ciudad de Cuenca la rehabilitación de este edificio de los siglos XIII y XVIII; algo que, después de muchas vicisitudes y hasta una licitación desierta,. comenzó a ser una realidad el pasado mes de octubre, con el inicio de los trabajos, una vez que las obras fueran declaradas de emergencia. 

Una actuación ejecutada por la empresa conquense CRESVER80 Construcciones que acaba de concluir, a falta de ultimar algunos detalles, y que finalmente ha supuesto una inversión aproximada de 290.000 euros, una cifra superior a los 267.000 previstos inicialmente, si bien han sido bastantes las ampliaciones sufridas por el proyecto primigenio, como consecuencia del «avanzado estado de deterioro del inmueble, que era bastante mayor de lo que se pensaba al principio», según explica el arquitecto técnico del Consorcio, Ricardo Alonso.

El pintado del interior será en blanco y gris para adaptarse al futuro vídeo mapping. - Foto: Miguel A. Ramón

Trabajos. Y es que lo que inicialmente iba a consistir en la reparación parcial de la cubierta, haciendo especial hincapié en una zona de 75 metros cuadrados en peor estado de conservación, y la eliminación de las humedades del interior, se ha convertido en una rehabilitación prácticamente integral de los 600 metros cuadrados de cubiertas.

En concreto, en esa zona del tejado en peor estado se ha acometido tanto la sustitución de cuatro vigas –una de ellas quebrada totalmente– y del tablero bajo teja de rasilla por otro de madera, más ligero, como la renovación total de las tejas. En el resto de la cubierta, además del retejado total al estar las cobijas rotas por la acción del hielo, se ha realizado la sustitución puntual de vigas y tablero en aquellas zonas más deterioradas.

Trabajos, por cierto, que generaron gran cantidad de residuos, de ahí que, teniendo en cuenta la difícil orografía de la zona, se optara por evacuarlos por el aire, con un helicóptero, que se encargó de retirar unas 180 toneladas de escombros, además de aprovechar para subir diverso material hasta la obra, como por ejemplo arena.

Entre las actuaciones pendientes, está la limpieza de las humedades en los sillares. - Foto: Miguel A. Ramón

En el interior del antiguo templo, se han ejecutado trabajos para la eliminación de las humedades por capilaridad de la zona del escenario al estar más alto el nivel de la calle José Torres de Mena. Tareas que se han centrado en el picado de las zonas afectadas y sustituyendo el revestimiento existente, por cierto no permeable, por otro a base de cal, con el fin de que «la pared pueda respirar y no acumularse la humedad». Asimismo, además de sustituir la tubería de plomo de la instalación del agua por otra de polietileno, se ha contemplado un sistema automatizado de ventilación, que ayude a evitar la concentración de humedad en el interior.

Adaptadas al futuro espectáculo de luz y sonido. A los cambios y ampliaciones acometidos en el proyecto inicial de las obras de emergencia, se han sumado otras dos intervenciones encaminadas a adaptar la antigua iglesia de San Miguel al espectáculo permanente de luz y sonido que el Consistorio capitalino, con la financiación de la Fundación Impulsa, va a poner en marcha en las próximas semanas en este espacio de la ciudad.

Un uso novedoso de este edificio de los siglos XIII y XVIII, que será compatible con la celebración de otros eventos culturales, pero que ha hecho necesario acometer, entre otras cuestiones, una ampliación de la instalación eléctrica del inmueble por algo más de 30.o00 euros, que soporte las exigencias del nuevo equipo de luz y sonido, que inicialmente está previsto que sea instalado en las próximas semanas.

Aspecto que presentan las cubiertas de San Miguel tras la actuación. - Foto: Miguel A. Ramón

A ello se ha sumado el pintado interior del inmueble con pintura al silicato, que estaba contemplado en el proyecto inicial de las obras de urgencia, pero que ha sido necesario ampliarlo a todo el interior para adaptarlo a las exigencias técnicas del mencionado vídeo mapping. De ahí que se vayan a recubrir las paredes interiores con dos colores muy concretos, blanco y gris claro, por ser los más adecuados para las proyecciones de luz y sonido. 

La coordinación en el tiempo de todas y cada una de las intervenciones en este edificio ha requerido de un gran esfuerzo. Todo ello para garantizar un buen desarrollo de los trabajos y una ejecución adecuada.