Antonio Casado

CRÓNICA PERSONAL

Antonio Casado

Periodista especializado en información política y parlamentaria


75 años de indolencia

19/10/2023

A estas alturas de un conflicto enquistado en la reciente historia desde la Segunda Guerra Mundial, poco añade a su percepción el hecho de que los culpables del ataque al hospital de Gaza sean los terroristas de Hamás o sean los responsables del poderoso Estado de Israel. El saberlo no resta motivos a los ciudadanos de bien de todo el mundo para indignarse contra los países más implicados en este viejo contencioso. Su origen se remonta a la retirada británica de 1948 que dejó abandonada a una Palestina en la que, mal que bien, hasta entonces habían convivido pacíficamente judíos, cristianos y musulmanes.

Setenta y cinco años después, los primeros actores del conflicto, próximos o lejanos, tienen la poca vergüenza de seguir culpándose mutuamente de las barbaridades del otro. Barbaridades televisadas a la hora de comer, con el inevitable resultado de que también el resto del mundo se divida mostrando apasionadamente sus preferencias por una u otra causa: la del derecho de Israel a vivir en fronteras seguras y defenderse del terrorismo y la del derecho de los palestinos a disponer también de un Estado propio y quitarse de encima la bota militar del Ejército israelí.

Estamos pagando los años de la indolencia en la llamada parte civilizada del mundo, la que se reconoce en la democracia, los derechos humanos y el respeto a la ley. Indolencia, sí, ante la política de hechos consumados y el incumplimiento del derecho internacional achacable precisamente al país que representa esos valores (el derecho romano, la democracia griega y el humanismo). Me refiero a Israel.

Sobre ese país ha de proyectarse la carga de la prueba. A ese país es al que hay que recordarle la obligación de distinguir entre terroristas y población civil. Los israelíes son los nuestros. Y los nuestros (Biden, Guterres, Pedro Sánchez, Macron...) son precisamente los que le están exigiendo contención y respeto al derecho internacional. De lo que me quejo es de que esas reacciones sean tan tardías. Y de que para que se produzcan haya tenido que hacer falta el cruel ataque de Hamás a la desprevenida población civil de Israel y la no menos cruel respuesta militar de este sobre sobre esa especie de cárcel a cielo abierto que es la franja de Gaza.

Lo del hospital es la gota que ha colmado el vaso por lo que uno percibe como un caso de fariseísmo prolongado por parte de los primeros actores de la política internacional. Es para echarse a llorar escuchar ahora al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, abogando por la necesidad de emprender un diálogo de paz y trabajar por abrir un camino que lleve a la constitución de un Estado palestino.

¿Pero cómo puede decir eso setenta y cinco años después del mandato de la ONU que previamente recomendaba la partición de Palestina en dos Estados? ¿Cómo puede decir eso a sabiendas de que el derecho de veto de EE UU en el Consejo de Seguridad de la ONU es lo que ha impedido la constitución de un Estado palestino?