La gran «maravilla»

Manu Reina
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La Catedral atrapa la atención de todos los turistas que llegan a la ciudad y enamora a cada uno de ellos por su «altura y dimensión», además de por ser un edificio «extraordinario»

La gran «maravilla» - Foto: Manu Reina

Es una «maravilla». Esa es la sensación unánime en cada uno de los turistas cuando visitan la Catedral de Cuenca. Es el templo de los conquenses y también el principal reclamo turístico de la ciudad, ya que la altura y belleza de este templo gótico es singular en el mundo. Hoy es el Día de las Catedrales en todo el planeta y la de esta ciudad brilla con luz propia. Son muchas las personas que llegan cada día desde distintos lugares para emprender un viaje por este espacio de grandes dimensiones.

Tiene una longitud de 120 metros y 36 de altura en su nave central, ocupando una superficie de 10.000 metros cuadrados. Es de planta de cruz latina, con una amplia cabecera, con ábside poligonal de siete lados, flanqueado por dos naves a cada lado que sirven de ingreso a la doble girola. En el crucero se levanta una gran bóveda central y una torre al exterior (linterna-cimborrio) de influencia anglonormanda, denominada Torre del Ángel. El templo está cubierto por bóvedas sexpartitas que arrancan de un haz de pequeñas columnas y con grandes arcos formeros apuntados que apoyan sobre macizos pilares de piedra de distinto grosor. Su triforio es único en España. 

De ahí que el trasiego de visitantes sea una constante. Ane Iturbe destaca que el edificio «me encanta» y explica que le parece «una obra gótica magnífica, con una altura que impresiona». Ella vino desde Alicante acompañada por su marido y la familia de él, que llegaron desde Noruega. Iturbe afirma que «hemos aprovechado el viaje porque quería enseñarles la Catedral, que yo ya he visto en muchas ocasiones, y quería que la familia de mi marido tuviera el placer de visitarla». Ane, emocionada con las «asombrosas» vidrieras y el «impresionante» Arco de Jamete, anima además a que cualquier persona venga a visitar porque es un «tesoro».

David Jiménez, que llegó ayer desde Madrid, expresa que la visita es «extraordinaria» y espera «volver pronto porque me ha gustado mucho». Este joven no desaprovechó cada paso y su entusiasmo era tal que «no sé qué destacar porque me parece todo muy bonito». Por su parte, Vanesa Martín manifiesta que el templo conquense es una «maravilla» y reconoce que «es más grande de lo que me esperaba antes de venir». Ella visitó Cuenca ayer tras llegar desde Toledo. El viaje lo realizó porque «me recomendaron pasar a la Catedral».

En la misma línea se mostró Ramón Rodríguez. Este hombre, natural de Valdepeñas, visitó la Catedral de nuevo y ya son «tres veces que lo he hecho» y reitera que «no será la última porque me parece increíble». Además, Ramón, que disfrutó cada segundo junto a la compañía de su mujer, recalcó que es un amante del arte y subrayó que el templo «ofrece una visita inigualable».