Las lluvias revitalizan el viñedo y favorecen la brotación

A. Criado
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El sector del vino aplaude la vuelta a la «normalidad» tras varios años «delicados» por la sequía, y apela a la prevención para evitar que se desarrollen enfermedades

Las lluvias revitalizan el viñedo y favorecen la brotación - Foto: Óscar Solorzano

Las lluvias de otoño e invierno han sido esenciales para revitalizar el viñedo, mientras que las caídas en este primer mes de la primavera están favoreciendo una buena brotación de la vid. Unas precipitaciones que han sido recibidas con satisfacción por el sector vitivinícola, que aplaude la vuelta a la «normalidad» de este cultivo, uno de los más rentables de España, después de varios años «delicados» por la sequía.

«Es la mejor noticia que podíamos tener», afirma Juan Fuente, portavoz de la Sectorial Vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, que destaca que la brotación de la airén, la variedad de uva mayoritaria de la zona «va en su tiempo y bien», tal y como se ha podido comprobar en las primeras observaciones a pie de campo.

Su homólogo en la organización profesional agraria UPA, Alejandro García-Gasco, coincide en señalar la situación «favorable» que vive el viñedo desde el punto de vista vegetativo, por la humedad acumulada en los últimos meses. Un escenario positivo al que también contribuye la ausencia de heladas de consideración, aunque advierte que hasta San Isidro no se pueden lanzar las campanas al vuelo.

Por otro lado, las lluvias abundantes caídas en primavera crean el caldo de cultivo perfecto para que se desarrollen plagas o enfermedades, como el oídio o el mildiu, por lo que los representantes de Cooperativas y UPA instan a los viticultores a estar «vigilantes». No obstante, García-Gasco remarca que «el agricultor prefiere tener humedad en el suelo y dar un tratamiento adicional para prevenir la aparición de hongos». «Independientemente de las condiciones meteorológicas, el oídio hay que tratarlo», apunta Fuente.

Precios altos

En otro orden de cosas, el portavoz de UPA destaca el buen comportamiento del mercado, pese a la «ralentización» experimentada en las últimas semanas por la «incertidumbre» generada por la guerra arancelaria. En Castilla-La Mancha, los vinos blancos mantienen la tendencia al alza, con un precio superior al de los tintos, que poco a poco se han ido recuperando: «No podemos hablar del descalabro de años atrás». En este punto, García-Gasco confía en que estos buenos resultados repercutan en el precio de la uva que se paga al viticultor que no pertenece a ninguna cooperativa.

Pese a las turbulencias en los mercados internacionales, Juan Fuente también subraya que los precios del vino se mantienen «relativamente altos», y apunta como factor determinante el hecho de llegar al próximo enlace de campaña «prácticamente sin existencias» en las bodegas y cooperativas de la región.

Preocupa, sin embargo, la caída del consumo a nivel mundial, ahora que en España se ha estabilizado, con una ligera subida al cierre del ejercicio 2024. Recuerda, en este sentido, que más de la mitad del vino que se produce en España sale al exterior. Un desvelo que se acrecienta en Castilla-La Mancha, «la principal región productora y suministradora de vino del país».