La siniestralidad laboral no parece tener fin este año en la provincia de Cuenca. Mes a mes, las cifras de accidentes en el trabajo se suceden a un nivel nunca visto en los últimos años, hasta el punto de que ya en agosto se había convertido en una de las provincias del país con mayor índice de incidencia de accidentalidad laboral, solo superada por Islas Baleares y Guadalajara, y en septiembre mantiene esta preocupante situación.

Y es que en este mes, Cuenca ha registrado un total de 307 siniestros laborales hasta acumular en los nueve primeros meses del año 2.475, un 14,2 por ciento más que los contabilizados hasta agosto (2.168) y un 9 por ciento por encima de las cifras de hace un año, cuando se quedaban en los 2.279.

La gran mayoría de los siniestros, el 95,2 por ciento (2.356), se ha producido en el transcurso de la jornada laboral, mientras que los 119 restantes tuvieron lugar in itinere; cifra ésta última exactamente igual a la registrada en septiembre del año pasado, algo que, precisamente, no ocurriría con los siniestros en jornada, que han experimentado un aumento anual del 9 por ciento.

Asimismo, nueve de cada diez  accidentes laborales de este noveno mes del año lo sufrieron empleados asalariados, en concreto, 2.260, y los 215 restantes, trabajadores por cuenta propia. 

Gravedad. Afortunadamente, el 98 por ciento de los siniestros laborales fueron de carácter leve, 2.422 de los 2.475, un 8 por ciento más que hace un año, si bien los accidentes de gravedad han registrado un incremento anual mayor; en concreto, del 25 por ciento, al pasar de los 36 contabilizados en septiembre de 2022 a los actuales 45.

Pero lo más gravoso, sin duda, es el elevado número de trabajadores que han perdido la vida en este tiempo. Y es que, aunque en septiembre no se tuvieron que lamentar víctimas mortales, hasta agosto ya son ocho los conquenses que han perecido en su puesto de trabajo.

Una cifra que no solo cuadruplica el número de trabajadores fallecidos en Cuenca durante todo el año 2022, sino que, además, supera con creces al resto de provincias de Castilla-La Mancha. No en vano, un tercio de los accidentes laborales mortales de la región se han producido en Cuenca.

No es extrañar, en consecuencia, que continúe a la cabeza del país con el mayor índice de incidencia de mortalidad laboral, con una tasa de 1,141 con arreglo a la media mensual de trabajadores afiliados. Melilla se sitúa en segundo lugar, con 0,922, y le siguen Teruel, con 0,818; Lleida, con 0,727; y Logroño, con 0,677.

Por sectores. La industria manufacturera es el sector productivo con mayor siniestralidad laboral, al copar casi la tercera parte de los accidentes. Le siguen construcción, con 348; agricultura, ganadería y silvicultura, con 264; actividades administrativas y servicios auxiliares, con 183; transporte y almacenamiento, con 170; administración y defensa, con 169; y hostelería, con 130.

En el polo opuesto, se sitúan los sectores de actividades financieras y seguros y actividades inmobiliarias, que han sufrido un solo siniestro.