Cuenca volvió a sentir el hondo peso de una procesión merced al cortejo del Corpus Christi. Algunas de las calles más señeras de la ciudad se engalanaron para rendir honores al paso de la Custodia en un desfile organizado desde hace más de una década por la Junta de Cofradías en colaboración con el Obispado, el Cabildo Catedralicio y los movimientos religiosos de la ciudad.

Siete altares de siete hermandades de la Semana Santa (El Bautismo, el Resucitado, San Juan Evangelista, el Cristo de la Luz, la Esperanza, las Angustias y la Vera Cruz) dieron esplendor a un desfile en el que también participaron guiones y estandartes de prácticamente todas las cofradías conquenses, además de las damas de la Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y de la Cruz, el Muy Ilustre Cabildo de Caballeros y Escuderos, integrantes de los diferentes movimientos religiosos de la ciudad; y niños y niñas vestidos de Primera Comunión, quienes recibieron con pétalos de flores a la Custodia en varios puntos.

En cuanto al recorrido, se mantuvo el de los últimos años: la Custodia –portada por banceros de traje, según marca el protocolo– bajó por Alfonso VIII y Andrés de Cabrera hasta Puerta de San Juan, por donde giró hacia El Peso para bajar por Solera, El Salvador y Alonso de Ojeda hasta la Puerta de Valencia. Desde aquí, el cortejo enfiló por Las Torres y Aguirre hasta finalizar en la iglesia parroquial de San Esteban.

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Acompañaron al cortejo la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías, dirigida por Francisco Javier Poyatos, y la Banda Municipal de Música de Cuenca, dirigida por Juan Carlos Aguilar. Además, el Coro de la Capilla de Música de la Catedral, dirigido por José Antonio Fernández, cantó en la misa del Corpus en la Catedral, presidida por el obispo José María Yanguas.