Editorial

La 'hoja de ruta' de Sánchez, un puzle cuyas piezas no terminan de encajar

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Convencido de sacar adelante su posible investidura y repetir como presidente otra legislatura. Así se mostró Pedro Sánchez –no es la primera vez– el pasado domingo en Galicia, obviando todo atisbo de crítica por su negociación con el secesionismo catalán, y atacando con dureza a Feijóo, al que acusa de hacer perder el tiempo a los españoles por seguir adelante con una investidura que tiene claro que será fallida. Sánchez insistió en que «buscará votos hasta debajo de las piedras» para volver a presidir un Ejecutivo cuya conformación, aunque el socialista la vea tan factible, no se antoja nada fácil.

A las exigencias lanzadas por Carles Puigdemont, entre las que destaca la controvertida amnistía, que ayer ERC volvió a reclamar, así como la unilateralidad y un posible referéndum de autodeterminación, demandas, al menos la primera, que da la sensación de estar encauzada, pese a las reiteradas negativas que lanzan algunos altos cargos desde Ferraz, se unieron este fin de semana las de los que fueran sus socios de Gobierno en la pasada legislatura; Podemos. La formación que lidera Ione Belarra, englobada ahora en Sumar, demandó su independencia y puso sobre la mesa la necesidad de que Irene Montero vuelva a ser la titular del Ministerio de Igualdad si el PSOE quiere su apoyo en la investidura. Montero, sacrificada por Yolanda Díaz en las listas por el peaje que suponía su incorporación tras la polémica suscitada por los beneficios penitenciarios como consecuencia de la entrada en vigor de la ley del sólo sí es sí, volvía a entrar en una ecuación que cada día se asemeja más a un puzle en el que, de primeras, las piezas no terminan de encajar.

Si ERC y Podemos lanzaban sus advertencias, el PNV tampoco se quiso quedar atrás y ayer, por boca de su presidente, Andoni Ortuzar, que el pasado viernes se reunió con Puigdemont en Waterloo para establecer estrategias comunes, instó a Sánchez a alcanzar un acuerdo para toda la legislatura como condición indispensable para que los nacionalistas den su respaldo al socialista en la investidura.

La hoja de ruta de Sánchez de mostrarse tan seguro y repetir una y otra vez que España quiere progreso frente a la coalición de PP y Vox no va a servir para que, llegado el momento, los distintos partidos le den su apoyo en una posible investidura.

Son muchas las batallas que tiene que lidiar un PSOE que ha visto cómo surgían voces críticas autorizadas dentro del propio partido por las posibles concesiones que se iban a dar para satisfacer las demandas de sus potenciales socios. La partida no se ha acabado y la llave de la gobernabilidad recae sobre tantos grupos con tantas demandas que el final no está tan claro como parecía el día después del 23-J.