Este Conquense es un martillo pilón

C. Artiaga
-

Nueva victoria de la Balompédica, con goleada y otra portería a cero, frente al Villarrobledo (3-0). Los de Rober Gutiérrez cierran una espectacular primera vuelta confirmando un sobresaliente liderato.

Este Conquense es un martillo pilón - Foto: Alfonso Fernández

El Conquense no afloja el ritmo y somete a sus rivales a base de talento en la medular, contundencia en la zaga y mordiente arriba. Goleada y nueva portería a cero frente al Villarrobledo, en casa, y tras dar un recital en muchas fases del juego. Este equipo es un martillo pilón que, además, termina la primera vuelta siendo más líder tras el pinchazo del Cazalegas.  

La Balompédica, que quiso comerse a su rival desde el primer instante, descerrajó el marcador en el minuto 18 tras, eso sí, un par de sustos, uno de ellos tan gordo que ya se cantaba el gol por parte de la escuadra albacetense. Jugadón blanquinegro con Etxebe como punto de partida de las operaciones, que puso de forma exquisita un balón en profundidad para Antonio Fernández para que se plantara en el área, y en lugar de disparar cuando ya miraba al portero a la cara, la pusiera con música en el punto de penalti donde emergió la figura de Jairo Cárcaba, que se suspendió en el aire y cabeceó a placer hasta el fondo de la red.

Tras el 1-0, los de Rober Gutiérrez ganaron, si cabe todavía más, en confianza, cimentando su obra en el plus que te ofrece ir por delante en el marcador. El control del juego, la posesión y las mejores ocasiones tuvieron ADN conquense, y aunque el Villarrobledo tuvo alguna contra peligrosa, la sensación general es que los balompédicos tenían la situación controlada. Un especialmente inspirado Jairo y Antonio Fernández, siempre vertical, generaron un auténtico quebradero de cabeza en la zaga manchega. Yuya y Pablo Olivares en la sala de máquinas, como durante todo el curso, ofrecieron una lección impropia de la categoría. 

Este Conquense es un martillo pilónEste Conquense es un martillo pilón - Foto: Alfonso Fernández

La segunda mitad arrancó con un remate a portería de Marcos Recuenco a la salida de un corner, que un defensa sacó bajo palos. Acto seguido, el central fue sustituido lesionado por Adriá Parera. Ese fue el aviso previo al 2-0, que llegó por mediación del máximo goleador balompédico. Bernabéu puso la pelota en juego y Coba se hizo un autopase frente al central, que falló estrepitosamente, para plantarse mano a mano con el portero y, con una tranquilidad pasmosa, cruzar el esférico y poner tierra de por medio antes del 10' de la segunda. Sin solución de continuidad, en la jugada siguiente, internada del '7' en el área, empujón grosero del defensa y penalti que transformó Jairo para sentenciar el choque a falta todavía de media hora para el pitido final.

Más fotos:

Este Conquense es un martillo pilón
Este Conquense es un martillo pilón - Foto: Alfonso Fernández
Este Conquense es un martillo pilón
Este Conquense es un martillo pilón - Foto: Alfonso Fernández

Así las cosas, y con lógica y coherencia, Rober movió el banquillo para repartir minutos y el Conquense, que todavía pudo ampliar la ventaja en alguna ocasión más, contemporizó hasta el final. Tres puntos más, extraordinarias sensaciones... y a seguir soñando.