El Conquense suma un punto y logra la ansiada salvación

Manu Reina
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El cuadro blanquinegro logra el empate en casa ante el Real Madrid C (1-1) y culmina un objetivo que se resistía en las últimas semanas

El Conquense suma un punto y logra la ansiada salvación - Foto: Alfonso Fernández

Por fin, con más angustia e incertidumbre de lo esperado desde hace unas semanas, pero el Conquense ha firmado por méritos propios la salvación en el Grupo V de Segunda RFEF después de sumar el punto que le faltaba tras empatar en casa ante el Real Madrid C (1-1). Un punto que sabe a gloria y que supone una bocanada de aire fresco para toda la parroquia blanquinegra, que en las últimas jornadas coqueteaba con fantasmas de poder meterse al final en un lio. Sin embargo, todo ha quedado en una anécdota y la Balompédica jugará la próxima temporada de nuevo en Segunda RFEF.

El partido arrancaba sin apenas ocasiones para ambos equipos, con dos conjuntos muy bien colocados y más preocupados por no encajar que por intentar marcar gol, teniendo en cuenta las opciones y ganas por firmar la permanencia en el Grupo V de Segunda RFEF. No obstante, el Real Madrid CF iba a meter primero cierto miedo en los primeros compases del choque, pero estuvo muy bien Chete para intervenir muy bien y enviar el balón a córner. A los pocos minutos respondió Monterde con un disparo que atajó el portero madridista. A partir de ahí, ninguno de los dos era claro dominador de la posesión del esférico, con intentonas de enlazar jugadas colectivas aunque sin la efectividad necesaria como para encarar al meta contrario.

Poco a poco el tiempo pasaba, con un Conquense cómodo y especialmente seguro en la faceta defensiva. Tampoco negaba ir al ataque. De hecho, disfrutó de la más clara en toda la prime parte, con un disparo desde la zona del punto de penalti de Monterde que no terminó de encontrar puerta. Una situación muy buena para el jugador, que no aprovechó el pase atrás de Sergio Rodríguez. Poco después cerca estuvo de interceptar Antonio Fernández un despeje del meta visitante, que dudo a la hora de despejar la pelota. Con poco más, el colegiado enviaba a los jugadores al vestuario para disfrutar de los quince minutos de descanso.

Segunda parte. Sin embargo, la segunda parte iba a empezar de la peor manera posible, con el tanto del Real Madrid C, tras poner el balón en juego, en la primera jugada después escuchar el pitido del colegio para reanudarse el juego. En apenas medio minuto, una acción bien trenzada, acabó con un golpeo de Bruno que se coló ajustado al palo. Sin duda, un jarro de agua fría para los conquenses.

Muchos aficionados no daban crédito y echaban números para ver qué pasaba en la clasificación. Y es que el Conquense necesitaba reaccionar para no meterse en un lío aún más gordo. El tiempo pasaba y las prisas empezaban a animar a un conjunto blanquinegro que tenía que meter al menos un tanto. Por suerte, a falta de poco más de veinte minutos para el final, Bema Sina hizo la igualada tras aprovechar un balón dentro del área y tras rebotar en un jugador, el esférico acabó en el fondo de la red. El tanto del zaguero conquense hizo estallar de emoción a todo el banquillo, jugadores y masa social, celebrando con rabia el tanto de la igualdad, que suponía también recuperar algo de tranquilidad.

A partir de ahí se vieron los mejores minutos de un Conquense que supo defender la renta, sin perder el esquema de juego y manteniendo al Real Madrid C a raya, ya con menos ímpetu tras ver cómo los locales hacían la igualada. Con el paso del tiempo, con un cuadro madridista también conservador, haciendo bueno el empate, el colegiado señaló el final del choque, sin apenas registrarse acciones peligrosas en ámbas áreas. 

Así, el Conquense firma la ansiada la salvación después de una temporada con muchos sobresaltos, donde el equipo ha sido capaz de ofrecer siempre lo mejor de sí mismo. Ahora toca descansar, saborear este objetivo y pensar en el trámite de viajar la semana que viene para medirse a domicilio ante el Unión Sur Yaiza. Un desplazamiento que harán con mucha más tranquilidad al tener ya la permanencia matemáticamente sellada.