Sánchez Albendea: «El futuro lo decidirán las hermandades»

Leo Cortijo
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El presidente de la institución nazarena destaca que «no sé si la de 2022 fue la mejor Semana Santa de la historia, pero sí la más esperada por muchas cosas».

Sánchez Albendea: «El futuro lo decidirán las hermandades» - Foto: Reyes Martínez

Tras 16 años, Sánchez Albendea puede estar ante su última Semana Santa al frente de la Junta de Cofradías. Acaba su mandato y a las puertas asoma un nuevo proceso electoral. Con una diferencia, pues en esta ocasión la «responsabilidad» no caerá en él, sino en las hermandades. «Son ellas las que van a tener que mojarse y decidir qué es lo que quieren para la Semana Santa de Cuenca».

¿Venimos de la mejor Semana Santa de la historia? ¿Será difícil repetir lo que vivimos?

No sé si calificarla como la mejor de la historia, pero sí la más esperada por muchas cosas, por la ilusión y la incertidumbre que había y por ver si ese paréntesis tan doloroso había restado fuerza. Ir a más en participación, que no hubiera ningún menoscabo por los años de parón o que los diez desfiles salieran a la calle sin ninguna incidencia... No sé si la mejor de la historia, pero si juntas todos esos componentes está claro que fue una gran Semana Santa.

Después de todo lo que se vivió el año pasado, ¿cómo espera que resulte esta Semana Santa del regreso 'bis'?

La espero con mucha responsabilidad porque lo difícil a partir de ahora es mantener lo que el año pasado ocurrió. Ese entusiasmo, esa masificación de filas y que todo saliera tan bien, es lo que espero y por lo que trabajamos para que se repita. Lo difícil es mantenerlo. Sabía que los cimientos de la Semana Santa son muy sólidos, pero este año hay que asentar esos cimientos, y eso es lo verdaderamente difícil en la vida: no llegar sino mantenerse. Ojalá sea así en participación, pero también en respeto, devoción y cuidado de nuestras señas de identidad.

Si algo quedó claro también es que el cordón umbilical del conquense es la Semana Santa, lo que de verdad nos une...

La Semana Santa es la seña de identidad de la ciudad. Cuenca es nazarena al cien por cien y durante todo el año, y eso se demuestra fácilmente. Es una naturaleza única que llevamos dentro desde niños. Me gustó mucho ver la procesión infantil del año pasado y ver las calles llenas de ilusión y cómo se ha inculcado ese gen en ellos... forma parte de nuestro ADN; todo el mundo participa de ello y el que no, lo respeta. Es nuestro gran tesoro.

¿Ya han quedado atrás las dificultades económicas en las hermandades?

Sí, me atrevería a decir que sí. No hay ninguna hermandad que a día de hoy presente problemas económicos. Es verdad que eso ha sido gracias a un ejercicio de prudencia de muchos años que ha permitido que cuando las hermandades no han tenido subasta, los recursos de la Junta de Cofradías se hayan podido utilizar para que el espectador no viese que el tema económico generara menoscabo en los desfiles procesionales. Es cierto que la JdC ha utilizado ese colchón y que este 2023 es económicamente más difícil y tiene mayores tensiones de liquidez que 2022, pero vamos a poder hacerlo. Eso sí, el colchón en este año se acaba, así que tenemos que salir todos a a la calle.

Mucho tiene que ver en ese crecimiento, primero las actividades internas de las hermandades, y después la internacionalización de la Semana Santa. La visita a Roma es un buen ejemplo de ello...

Efectivamente, si internamente no tuviéramos unos actos tan consolidados y unas hermandades tan bien organizadas y tan sólidas... Si no estuviera tan bien edificado, no podríamos hacer esta promoción externa. Nos dirigimos a unos foros de la grandiosidad de nuestra Semana Santa, tan prestigiosos como el Museo Thyssen de Madrid, el Círculo de Bellas Artes de Sevilla o este año con el Santo Padre. Es un salto de calidad y de autonomía de lo que queremos enseñar, y eso es bueno no solo para la Semana Santa, sino para toda la ciudad.

¿Qué papel jugamos en el conjunto nacional de semanas santas más importantes?

Sinceramente, creo que estamos en el nivel más alto, pero no nos lo creemos. Tenemos la mejor Semana Santa de España y así se lo dije al Papa, la Pasión más auténtica que existe. No es que lo diga yo, es que nos los dicen cada vez que salimos fuera. Y eso que nos comparamos con ciudades que nos multiplican en población, pero somos genuinos y nuestra idiosincrasia e implicación social es única. Tenemos tantos aspectos para estar orgullosos... Debemos creérnoslo y actuar con responsabilidad.

Esta es su Semana Santa número 16 al frente de la institución. ¿Será la última?

[Risas] Como tantas veces ya me he equivocado, he decidido que la responsabilidad esta vez no va a recaer en mí, sino en las hermandades. Son ellas las que van a tener que mojarse y decidir qué es lo que quieren para la Semana Santa de Cuenca y a quién quieren al frente de la misma. Así que llegado el momento, esa pregunta y esa reflexión la van a tener que hacer ellas.

Entiendo, por tanto, que al finalizar esta Semana Santa se debe abordar el asunto...

Efectivamente. Finalizada la Semana Santa tiene que producirse el proceso electoral lógico de cada cuatro años. Tiene que haber elecciones.

¿Su ánimo y su deseo cuál es?

No me atrevo a decir nada, Leo. No me atrevo porque me he equivocado muchas veces... Mi sentimiento, después de estos 16 años, es de mucha tranquilidad y, por qué no decirlo, de estar satisfecho, de estar muy honrado... pero de verdad te digo que no quiero que la gente piense en lo que Jorge va a hacer o va a dejar de hacer. Insisto, son las hermandades las que se tienen que evaluar. Esta reflexión nunca la he lanzado de esta forma y ahora sí la quiero lanzar así. Son las hermandades las que deben asumir la responsabilidad de qué es lo que quieren para la Semana Santa.

Lo que resulta innegociable es mantener el nivel de calidad de estos años, ¿verdad?

Por encima de quién esté, la Semana Santa tiene siglos de historia. Es insignificante que yo haya estado 16 años... Esté quien esté en cada momento, esto debe seguir hacia adelante. Eso es lo fundamental. Las personas aquí somos secundarias.

Un melón importante que queda abierto es la ambiciosa remodelación del Museo...

Tenemos un proyecto de remodelación integral del Museo. Las hermandades ya lo conocen y ahora estamos en el proceso de valorarlo económicamente para ver qué supondría hacerlo. Es un Museo que va a ser referente, totalmente distinto a lo que hay. La vida de los museos es muy cambiante y ahora se busca una participación total del visitante. Será un Museo de sensaciones y sentimientos y por ahí lo hemos encauzado. Es un proyecto espectacular.