La Semana de Música Religiosa de Cuenca (SMR) ha concluido la segunda jornada de su 60 edición con la actuación ayer de Eduardo Fernández en el Teatro Auditorio. El artista madrileño de origen conquense, uno de los de los pianistas españoles más destacados de su generación, ha conquistado al público con Franz Liszt: Harmonies poétiques et religieuses. Una colección de diez piezas que han transmitido complejidad técnica, profundidad emocional y espiritual. Un ejercicio de misticismo y poesía en el que el artista húngaro quiso reflejar su fervor religioso y su pasión por la literatura. "He querido explorar todas las emociones y sensaciones que la música del Liszt más místico es capaz de transmitir. Ojalá el espectador haya experimentado la gama completa de sentimientos que alberga esta maravillosa obra. Desde el recogimiento hasta la exaltación, Liszt hace sentir que hay belleza en el mundo, incluso en los momentos más difíciles", asegura.

La SMR goza de enorme trayectoria y prestigio histórico, inspirando al resto de festivales musicales de este ámbito. Como conquense que ha respirado este ambiente desde niño, "actuar en su 60 edición ha sido un sueño infantil hecho realidad", ha reconocido Eduardo Fernández al término de una jornada que tuvo como inicio el concierto Ad coenam agni providi de la organista italiana Irene de Ruvo en la Iglesia de la Asunción de Cardenete. El festival programará este lunes la Armonía Concertada de la soprano argentina María Cristina Kiehr junto a Jonatan Alvarado -tenor- y Ariel Abramovic -vihuelas de mano- (Espacio Torner, 20,00) con el programa En el divino aposento: Josquin Desprez en cifras, para cantar y tañer. Asimismo, habrá clases magistrales de Lina Tur Bonet (Conservatorio Pedro Aranaz, 10,00 horas) y Eduardo Fernández (Conservatorio Pedro Aranaz, 15,00 horas) a lo largo del día