Lobetum sopla 45 velas

Redacción
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La Asociación Espeleológica Conquense hunde sus raíces en 1978 y desde entonces, de forma «imparable», ha llevado por bandera la defensa del medio ambiente y ha contribuido con descubrimientos

Lobetum sopla 45 velas

La Asociación Espeleológica Conquense Lobetum ha cumplido recientemente 45 años de vida. Creada en 1978 como una de las primeras asociaciones de Castilla-La Mancha, se formó gracias a la unión de los grupos Onza, GEHYP, Marcel Loubens, Phantom y Gaes de Cuenca, los cuales venían explorando y estudiando cavidades en su provincia desde finales de los años 60. 

Desde entonces, la asociación ha continuado de forma imparable, contribuyendo con muchos descubrimientos, colaboraciones y con la defensa del medio ambiente por bandera. Muchas cuevas, simas, minas romanas y sitios de gran interés, sobre todo centrada en los karst, lugares geomorfológicos y paisajísticos por excelencia, donde no sólo abundan las cavidades, los sumideros y las torcas, sino también callejones, lapiaces, tormagales, ríos, cañones y grandes manantiales (surgencias), que conforman, junto a su gran masa forestal el fragoso paisaje de cualquier serranía y dan vida a toda su naturaleza, poblaciones, cultura e historia.

DESCUBRIMIENTOS. Han sido muchos años de expediciones, desplazamientos casi imposibles, mochilas, inclemencias atmosféricas, carburo, cuerdas, barro y territorios únicos…, un fuerte conocimiento de la propia tierra con sus gentes, mapas, mediciones, noticias, fotografías y estudios. Cada fin de semana, una nueva búsqueda de un lugar ignoto por descubrir y explorar ¡Qué provincia la nuestra!  

Por la asociación Lobetum han pasado cerca de 300 espeleólogos, constancia de 3.000 cavidades en su provincia y 400 en el karst del río Asón de Cantabria. Esta asociación conquense aprovecha el altavoz que le brinda La Tribuna para mandar un fuerte abrazo a todos los amigos cántabros de Ogarrio y al expresidente Miguel Ángel Revilla que los definió como «señores espeleólogos». 

Descubrimientos que van –como pequeño ejemplo– desde la entonces inédita Cueva del Tío Manolo en Uña con cinco kilómetros; la gran Sima SC-16, de 224 metros de desnivel y la más profunda de toda la región centroespañola; cercana a Las Majadas, la retopografía de la Cueva de la Solana en Valdecabras, con 5.264 metros; cien minas romanas estudiadas antes de que se pusieran tanto 'de moda'; 26 campañas a Cantabria, con la bella Torca CEZ de tres kilómetros, rescates de todo tipo, exposiciones… y muchos espacios subterráneos donde jamás nadie puso el pie.

SUMIDERO DEL EMBASADO. Ya quedaron muy atrás los primeros inventarios de simas y cavernas que elaboraron Juan Giménez de Aguilar y Julio Larrañaga, ellos fueron los heraldos y profetas de la espeleología conquense. Desde entonces, pocas cavidades de la Sierra, Mancha o Alcarria han escapado a los espeleólogos lobetanos. Tras los últimos trabajos, el Sumidero del Embasado (vulgo Embasao) de Santa María del Val forma ahora el Sistema 'Sumidero del Embasado-Sima del Tío Vitejo'. Esta sima es otra grande y bella gran cavidad bautizada en honor al gran compañero de Lobetum de los años 70 y 80, Víctor de la Vega Almagro 'Vitejo', uno de los fundadores de la asociación y buen espeleólogo. 

El grandioso y único sistema kárstico es la unión de dos extraordinarias cavidades que ya supera ampliamente los diez kilómetros de desarrollo, siendo también, con mucha diferencia sobre las demás, la mayor cavidad de toda la provincia de Cuenca, tercera de la región. Para la espeleología provincial supone el mayor logro de su historia, cientos de exploraciones, muchas personas y gran dedicación lo han hecho posible. Desde aquí, Lobetum manda «un fuerte abrazo a nuestros compañeros» de los grupos GET, Gaem, SEII, Flash, Polifemo y Geoda, porque sin ellos no hubiera sido posible tal resultado. De la misma forma, agradecen al Servicio de Deportes de la Diputación de Cuenca, «la cual viene colaborando con nuestra asociación todos los años». 

ADIÓS AL 'CHIRI'. Hace unos días nos dejó un gran amigo y colega espeleólogo de Lobetum, J. Álvaro Mañas 'El Chiri'. Hacía ya unos diez años que había colgado el casco de aventuras, pero su paso por el Lobetum, durante veinte años ha dejado muy buenos recuerdos. En el grupo nunca olvidarán su compañerismo, arrojo y entrega en las exploraciones más punteras: Cueva de la Solana, Cantabria, Boquerón de la Toba, Muela de la Madera, Francia, etc. y su predisposición para formar parte de cualquier expedición y ayudar en cualquier momento. De esa forma, contribuyó a muchos descubrimientos. «Vaya nuestro más sentido pésame a toda su familia, y a todos sus muchos amigos y conocidos. Fue una buena persona, nunca lo olvidaremos», rematan desde la Asociación Espeleológica Conquense.