Emociones a flor de piel e infinidad de recuerdos invaden los sentimientos de los conquenses durante estos días con motivo de la celebración de la festividad de Todos los Santos. Los ramos y centros de flores brillan con luz propia en las sepulturas del cementerio como homenaje y culto a todos los seres queridos, que se marcharon en su día pero que nunca caerán en el olvido. Es por ello que el camposanto se convierte en el centro neurálgico de la actividad social de la ciudad.
Muchos vecinos aprovechan este puente para visitar a sus difuntos. Muchos limpian con detalle las tumbas de sus seres queridos e incluso la embellecen con suculentos ramos de flores. Es inevitable contener la emoción en un momento así. Hay quienes deciden compartir sus vivencias de todo el año en ese instante mientras que otros permanecen de pie mirando fijamente las imágenes de sus familiares. Otros acuden con sus hijos para enseñarles donde descansan los restos de sus difuntos.
La nostalgia es la tónica predominante y no es para menos. Victoria Delgado reconoce que «es una época para recordar a nuestros seres queridos». Esta conquense destaca la importancia de mantener «siempre» en el recuerdo a los difuntos y «no sólo durante estas fechas señaladas». Además recalca que «me gusta siempre comprar flores para llevárselas a mis familiares, algo que hago con mucha emoción y nostalgia». La misma opinión comparte Elvira Ruiz «porque tenemos que recordar a nuestros familiares que ya no se encuentran entre nosotros». Además, Ruiz desvela que acudirá mañana al cementerio para cumplir con el cometido «ya que es el día que más me gusta y que en verdad es cuando se tiene que hacer». Si bien es cierto que hay muchas personas que aprovecharon ya la apertura del cementerio durante los últimos días para rendir este homenaje con antelación.
Para satisfacer la demanda de flores de los conquenses existe un sector que multiplica sus esfuerzos durante este nostálgico puente. Son todos aquellos profesionales de la flor. Así, las floristerías abren sus puertas de par en par para entregar infinidad de ramos, centros y flores que se venden tanto de forma directa como por encargo. Es el caso de Julia López, que alegra a los vecinos desde hace más de dos décadas. Esta florista señala que este año «ha habido un aumento del precio pero como ha sucedido en todas las cosas de la vida», en referencia al incremento del precio de las materias primas y la energía, aspectos que generan una subida del coste de producción. Eso ha provocado que el precio de los centros de flores haya pasado de 30 a 35 euros, por ejemplo. Además, López desvela que «la tradición de comprar flores sigue llevándose a cabo», aunque alerta que «cada vez va a menos».
El llevar flores al cementerio es una costumbre especialmente llevada a cabo por la población mayor. Por lógica son quienes más familiares han perdido, pero también es porque así se lo han trasmitido desde pequeño. Aunque hay también quienes deciden no ir al cementerio. Carlos Montero reconoce que aprovechará estos días para «compartir momentos con mis hijos y mi familia» y asegura que no irá al camposanto porque «no me han inculcado esta tradición mis padres».
También es cierto que muchos aprovecharán mañana para revivir este momento que se repite año tras año, ya que es realmente este 1 de noviembre cuando se celebra esta festividad. Aquellos que quieran hacerlo en autobús tendrán disponible la línea 5 que se dirige hasta el cementerio con un horario de 9 a 18 horas con una frecuencia de media hora. Además, el Ayuntamiento ha habilitado una línea adicional que tendrá el mismo horario que el anterior. Sin duda se trata de unas fechas melancólicas donde es difícil mantener la emoción. Así, los conquenses volverán una vez más a rendir homenaje a los suyos.