Que el ritmo no pare

Manu Reina
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Sergio Peñaranda e Irene Ortega inician un «movimiento callejero» porque consideran que el baile «está reprimido» en la ciudad

Que el ritmo no pare - Foto: Manu Reina

Tres, dos, uno… ¡y a bailar! La pareja artística formada por Sergio Peñaranda e Irene Ortega usa la calle como el mejor escenario para dar a conocer sus bailes. Estos dos conquenses quieren marcar un «movimiento callejero» y tienen decidido «sacar el baile de las aulas» para «acercarlo lo máximo posible a la sociedad», aseguran. Tal es así que desde hace un mes sorprenden en la calle Carretería con un frenético ritmo y un estilo propio de cualquier espectáculo. Por ahora lo hacen una vez a la semana pero el planteamiento de ambos es ir cada vez a más con el propósito de marcar un punto de inflexión en la ciudad.

La reacción de los vecinos no se hace esperar. No es para menos teniendo en cuenta que los dos se mueven como pez en el agua con el Pop o el Hip Hop. La música suena y ellos se sueltan la melena. Peñaranda, que es profesor de baile en Danza Alegría y Javier, explica que «algunas personas se sorprenden porque no es habitual ver bailar a la gente en plena calle, mientras que otras se paran e incluso nos dan la enhorabuena por lo que hacemos». Eso hace que las ganas por salir cada vez «sean aún mayor», añade Ortega, que también es docente, aunque ella ejerce en el Estudio Superior de Danza Rosario Tosta. Los movimientos son muy llamativos y asombra la rapidez con la que se ejecutan. Es inevitable no fijarse pese incluso a todo el bullicio que existe cada día en el corazón social de la ciudad.

Tan solo se bastan con el asfalto, un trípode y un móvil para dar rienda suelta a todo el talento que poseen. Sus movimientos captan rápidamente la atención de muchos de los viandantes, que detienen su paso para disfrutar del desparpajo de estos jóvenes. También visualizan este espectáculo todos sus seguidores en redes sociales, ya que graban sus sesiones para tener además presencia en sus perfiles personales. «Nos gusta crear contenido porque luego podemos vernos nosotros mismos y también todas las personas que nos siguen en instagram», explica la bailarina. Por ahora publican sus bailes de forma individual, aunque no descartan «crearnos un perfil conjunto que nos identifique a los dos», añade el bailarín. 

Despertar. Los dos conquenses consideran que el baile está «reprimido» en la ciudad y esperan que con estas acciones públicas «se propulse la danza» y «aumente el interés por el baile». Incluso Ortega va más allá y considera que en Cuenca «parece que hay una sensación de que no hay baile, pero para nada es así». De ahí que quieran cambiar esta corriente.

Por ahora, estos jóvenes enamorados de la danza no pueden dedicarse profesionalmente al mundo del baile por falta de oportunidades y tienen que contentarse, que no es poco, con ser docentes. Ambos recalcan que «falta un mayor reconocimiento» de esta disciplina artística y esperan captar la atención de la gente que ama el baile. «Queremos que se unan más personas para crear más conciencia», asegura el joven. 

Este movimiento prematuro espera llegar cada vez a más gente. Tal es así, que tanto Peñaranda como Ortega, que tienen 24 y 27 años, respectivamente, tienen pensado actuar también en espacios públicos como el puente San Pablo, las Casas Colgadas o la Plaza Mayor. Llegarán hasta donde sea necesario para dar a conocer la disciplina artística de sus sueños. Como mínimo, ya están llamando la atención, que es lo que quieren. 
De cara al futuro, tanto uno como otro desean que se cumplan sus deseos y que muy pronto «el baile tenga una posición notable en la sociedad conquense» y que ambos «podamos dedicarnos por completo a esta profesión».