El Almudí espera un uso concreto tras concluir su adecuación

Miguel A. Ramón
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El Consorcio de la Ciudad de Cuenca invierte en la rehabilitación de las plantas inferiores del edificio algo más de 340.000 euros, mientras que el arreglo de las cubiertas supone 77.500

Aspecto final del exterior de este edificio del siglo XVI, tras las obras de rehabilitación acometidas durante el último año. - Foto: M.R.D.

Casi 14 años han sido necesarios para ver concluida la rehabilitación de las plantas inferiores del edificio del Almudí, después de que se iniciara allá por el año 2010 por un taller de empleo.

Unas obras que han sufrido todo tipo de avatares, incluso, después de que se reanudaran en septiembre del 2022, cuando el Ayuntamiento encomendó la actuación al Consorcio de la Ciudad de Cuenca, puesto que al poco tiempo de reanudarse tuvieron que pararse de nuevo, una vez se declarara de urgencia la rehabilitación de la antigua iglesia de San Miguel, que también tenía como adjudicataria a la misma empresa, Cresver80. 

No sería hasta marzo de 2023 cuando se retomaran los trabajos, que se han dilatado más de lo previsto, hasta noviembre, sobre todo, por las inclemencias meteorológicas y el hecho de estar condicionadas a la retirada de los andamios instalados en las fachadas con motivo de la otra actuación en curso en el mismo edificio, la rehabilitación de las cubiertas, tal y como explica a La Tribuna el arquitecto técnico del Consorcio de la Ciudad de Cuenca, Ricardo Alonso.

Así ha quedado el atrio del edificio del Almudí.Así ha quedado el atrio del edificio del Almudí. - Foto: M.R.D.

El caso es que ambas intervenciones ya han concluido y el edificio del Almudí luce ya un aspecto renovado. Eso sí, el Ayuntamiento aún tiene que equiparlo y encontrar un uso para estas dependencias. No en vano, fuentes municipales confirman que se está estudiando qué usos dar a este edificio del siglo XVI, ubicado en una de las entradas al Casco Antiguo. 

Obras. La rehabilitación de las plantas inferiores de este inmueble, que ha supuesto una inversión final de 341.155,24 euros, se ha centrado en los dos sótanos, el atrio, varias de las fachadas y en el patio lateral, junto al río, que, por cierto, se ha convertido en un espacio de uso público, al que antes no había acceso.

En concreto, los trabajos han consistido en  acondicionar los aseos de ambas semisótanos, que ahora son totalmente accesibles, culminar la instalación, tanto de climatización y ventilación como eléctrica, rematar el enlucido de las tres salas y renovar las ventanas en busca de una mejor eficiencia energética.

Se ha acondicionado el antiguo jardín del edificio como un espacio de uso público.Se ha acondicionado el antiguo jardín del edificio como un espacio de uso público. - Foto: M.R.D.

Asimismo, se ha compartimentado con cristaleras de vidrio templado una de las salas abovedadas del sótano 1, de tal manera que se ha creado un vestíbulo de acceso al espacio, al tiempo que se ha dividido en puestos de trabajo, con tomas de datos, etc., por lo que se le podría dar una utilización administrativa.

La sala del sótano 2, donde antes estaba la conocida Sala Almudí, se ha acondicionado con un acristalamiento del vestíbulo, a modo de recepción, y un aseo, dejando así un espacio diáfano con posibilidades diversas.

A estos trabajos, se suma, por un lado, el arreglo del atrio, que ya luce un nuevo pavimento, con rampa incluida, y la barandilla original entre pilastras de piedra en todo su perímetro, y, por otro, el revestimiento de la fachada del sótano 2 con un mortero de cal y la iluminación ornamental de las fachadas con lo que se ha realzado y recuperado la estética del edificio; de ahí que Alonso afirmara que «sería una pena que se viera dañado con grafitis».

Con un coste final de 77.551,55 euros, la actuación paralela de rehabilitación integral de las cubiertas, tras el incendio de una vivienda anexa en enero de 2021, ha completado el remozamiento de este emblemático edificio del Casco, que emprende ahora una segunda oportunidad.