Artemisan avisa de riesgo de incendios por falta de prevención

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Defiende que la correcta gestión del territorio pasa por recuperar las actividades tradicionales del medio que han venido, durante siglos, previniendo incendios, frente a corrientes de pensamiento que abogan por la ausencia de uso de los espacios

Artemisan avisa de riesgo de incendios por falta de prevención - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez Eugenio Gutiérrez Martí

La Fundación Artemisan señala que un exceso de proteccionismo legal pone en grave riesgo de incendios los espacios protegidos de España, debido a la prohibición de ejercer labores de prevención que se han realizado a lo largo de los siglos por parte de agricultores, ganaderos, cazadores, propietarios de fincas y otros agentes del mundo rural.

En un comunicado de prensa, la fundación ha recordado que los planes de gestión de espacios naturales protegidos como Parques Nacionales, Parques Naturales, Reservas, Red Natura 2.000, entre otros, impiden realizar labores de prevención de incendios por un exceso de proteccionismo y burocracia que impide, en muchas ocasiones, no solo agilizarlas, sino incluso ejecutarlas.

La Fundación Artemisan ha subrayado que, en España, el 25 % del territorio está declarado Espacio Natural Protegido y que determinadas corrientes de pensamiento han promovido la idea de que la protección absoluta y la ausencia de uso y aprovechamiento de los recursos naturales es la mejor manera de garantizar su conservación.

Una idea que ha ido calando y arraigando no solo en la sociedad, sino también en las administraciones competentes, encargadas de la toma de decisiones, que ponen en riesgo el presente y el futuro de la conservación del medio natural, especialmente en un momento de alto riesgo por temperaturas extremas y sequía como el actual.

Prueba de ello, han citado, fue el incendio que se declaró el año pasado en el Parque Nacional de Monfragüe, en Extremadura, que afectó a cerca de 400 hectáreas del propio parque, así como a una veintena de nidos de buitre negro, especie protegida, y quemó también 2.356 hectáreas de Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

La Fundación Artemisan ha recordado que la correcta gestión del territorio es vital para evitar este tipo de catástrofes medioambientales, especialmente en zonas de alto valor, lo que pasa por recuperar las actividades tradicionales del medio que han venido, durante siglos, previniendo incendios y evitando el despoblamiento del mundo rural.

Y es que precisamente el abandono del mundo rural y del medio agrícola, ha señalado, es un caldo de cultivo perfecto para la generación de grandes incendios, sumado a la prohibición de acciones como la caza, que eran fuente de riqueza en la zona y que ayudaban a conservar y mantener el medioambiente en la zona.