La singular travesía de una certificación internacional

Rafael Torres
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La singular travesía de una certificación internacional - Foto: Alex M. Simon

A lo largo de los años, la Semana Santa de Cuenca ha recibido diversas declaraciones por su importancia histórica, cultural y religiosa. La orografía de esta ciudad, reconocida en 1966 como Patrimonio de la Humanidad, parece diseñada para una conmemoración a nivel mundial. Este año se conmemoran 45 desde que la Semana Santa y la Semana de Música Religiosa fueron reconocidas como de Interés Turístico Internacional. 

Curiosamente, en ese mismo año también se declararon las festividades de Alcoy de Moros y Cristianos, el Misterio de Elche, el Carnaval de Cádiz, la Fiesta de la Vendimia y del Caballo de Jerez de la Frontera, la Romería del Rocío de Ayamonte (Huelva), las Fiestas de San Fermín de Pamplona, el Descenso Internacional del Río Sella de Ribadesella (Oviedo), la Feria de Sevilla, y el carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Además de las semanas santas de Málaga, Sevilla y Valladolid. 

Si analizamos minuciosamente las festividades que fueron reconocidas con ese sello, podemos apreciar que son las más representativas de nuestro país o, mejor dicho, las festividades que le han otorgado personalidad y distinción. Representan una manifestación de valores culturales y de costumbres populares, teniendo en cuenta sus características etnológicas y su relevancia como destino turístico. Para la Semana Santa de Cuenca es particularmente significativo este reconocimiento, ya que cuenta con una historia muy antigua, registrada desde el siglo XVI. No obstante, su crecimiento turístico y reconocimiento oficial se inició en el siglo XX, periodo en el que se fortalecieron sus procesiones más representativas y se hizo popular a escala nacional.

historia. En1964, Manuel Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo, estableció en España la declaración de Fiesta de Interés Turístico, con dos metas claras: regulación apropiada del sector turístico y obtener un inventario auténtico de las festividades que tienen lugar en España. 

En 1967, se le reconoció como Fiesta de Interés Turístico Nacional por la magnitud de sus procesiones, la excelencia de su imaginería con trabajos de los premiados escultores, la característica distintiva del teatro urbano como escenario, además del empeño de las hermandades, lideradas de manera decidida por la Junta de Cofradías, y del incremento en el interés de los visitantes extranjeros. Varios años después, evaluando el paso del tiempo, se consideró apropiado en la gestión del Estado cambiar y renovar las regulaciones. En 1979 se estableció la nueva normativa para la otorgación de la distinción honorífica de Fiesta de Interés Turístico, dividida en tres categorías: Fiesta de Interés Turístico Internacional, Fiesta de Interés Turístico Nacional y Fiesta de Interés Turístico.

El Ayuntamiento solicitó la concesión del título. El informe del delegado provincial de Comercio y Turismo de Cuenca, Buenaventura Juárez Sánchez, fue esencial para comenzar el expediente, evidenciando lo importante que esa declaración tendría para la ciudad y la provincia. Finalmente, el 16 de febrero de 1980, se publicó en el Boletín Oficial del Estado la resolución concediendo dicho reconocimiento de gran importancia. Juan Antonio García Díez era el ministro de Comercio y Turismo durante el mandato de Adolfo Suárez. Es importante destacar que, en aquel primer instante, la Semana Santa de Cuenca fue registrada junto a otras tres de toda España. Un título que no se concedía de manera perpetua. Todos los años se revisaba correctamente para asegurar su cumplimiento. 

En 1980, año en que la Semana Santa obtuvo el título de Interés Turístico Internacional, el Domingo de Ramos tuvo lugar el 30 de marzo y concluyó el 6 de abril. El cartel fue creado por Ramón Herráiz, mostrando una imagen del Santísimo Cristo de la Luz, descendiendo por las íntimas calles de Alfonso VIII al mediodía del Viernes Santo.

José Luis Lucas Aledón, 'la pluma country conquense', pronunció el pregón con su voz sarmentosa. Fue la primera declaración pronunciada en la antigua iglesia de San Miguel, el 28 de marzo de 1980, el mismo año en que la imagen de Jesús Ante Anás (Ecce-Homo de San Miguel) empezó a encabezar la primera ceremonia de la Semana Santa en Cuenca.

Este título concedido otorga significado, dirección y presentación a una ciudad que celebra su Semana Santa por y para sí misma. El Santo Espíritu de una comunidad generosa resuena en sus calles cada primavera para brindar la hermosura de sus días de Pasión, renovada cada año, para reanimar emociones nuevas. Sus procesiones son estruendosas y claras, simbolizando un poema digno de la muerte de Dios.