Cuando juega el calor

Diego Izco (SPC)
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Los clubes compiten contra la temperatura: el City cambió a todo su equipo la pasada madrugada

Cuando juega el calor - Foto: ERIK S. LESSER (EFE)

Llegadas estas fechas y las primeras olas de calor, las advertencias son comunes: hidratación, ropa adecuada, protección solar y el soniquete recurrente de «eviten hacer ejercicio en las horas más calurosas del día». Una hora antes del debut del Manchester City en el Mundial de Clubes, las condiciones meteorológicas en el Lincoln Field de Filadelfia eran de 31 grados y una humedad del 60º. Pep Guardiola, aconsejado por los médicos y preparadores del club, estableció largas sesiones de entrenamiento en Boca Ratón (Florida), donde el City tiene su 'cuartel general' durante el torneo, a 32 grados. «La única manera de entrenar o competir en condiciones extremas es aclimatarse gradualmente al calor para evitar problemas severos». Es la recomendación a los participantes de la Titan Desert, la carrera de ciclismo que durante seis días lleva a los 'bikers' al límite. 

El sudor es la manera que tiene nuestro cuerpo de regular su temperatura (y evitar golpes de calor, deshidratación o hipotermia). Un futbolista puede perder entre uno y cuatro litros de sudor durante un partido dependiendo de las condiciones climáticas y las características físicas del deportista. La Premier League realizó un estudio en varios entrenamientos: los futbolistas perdían de promedio 2,033 litros, lo que equivalía a, aproximadamente, el 1,37 por ciento de su masa corporal. Y en otro estudio llevado a cabo con jugadores del Barça en distintas temperaturas reveló que a cerca de 30º de temperatura un futbolista puede perder hasta 1,43 litros de agua por hora, una cantidad difícil de reponer. El doctor Tornero-Aguilera (Universidad Europea) aseguraba en el 'Portal de la Investigación' que «incluso con una adecuada ingesta de agua, los jugadores presentaban niveles de deshidratación en su orina, sugiriendo que la pérdida de agua durante el ejercicio puede ser mayor de lo que se mide únicamente por la pérdida de sudor». 

Riesgo de lesión

Esa deshidratación es crítica en los minutos finales de los partidos que se juegan a temperaturas elevadas, como sucede en este Mundial de Clubes. «La hipohidratación puede deteriorar las habilidades de toma de decisiones, la coordinación ojo-mano y la memoria de trabajo, todas ellas críticas para el desempeño en el fútbol». El estudio concluía que a partir del 2,5-3 por ciento de deshidratación del peso corporal de un jugador (y la consecuente pérdida de sodio o potasio) se reducía mucho la precisión en los pases, la capacidad de regatear y aumentaba significativamente el riesgo de lesiones. 

Es entonces cuando entran en juego los líquidos 'mágicos', geles o bebidas deportivas que contienen una mezcla de carbohidratos y electrolitos. Pero, ¿es suficiente? PSG y Atlético se estrenaron con 30º en el Rose Bowl de Pasadena y Luis Enrique se quejaba, a pesar del 4-0, en la sala de prensa: «Este horario estará bien para que nos vean en Europa, pero los equipos lo estamos pasando fatal». En su segundo partido, ante Botafogo, el campeón de Europa jugó a 32º. 

En estas condiciones, el Mundial arroja imágenes 'extrañas' como el reparto de abanicos en los estadios, equipos como el Real Madrid incorporando a sus entrenamientos aspersores de agua fría y enormes bolsas de hielo y otras medidas deportivas como la protagonizada por el City la pasada madrugada en su segundo partido del torneo: Guardiola 'amenazaba' con cambiar hasta 10 futbolistas ante Al Ain. Finalmente, fueron los once. Ante el Wydad jugaron Ederson, O'Reilly, Lewis, Aké, Reis, Cherki, Savinho, Foden, Doku, Reijnders y Marmoush… y ante los de Abu Dabi (6-0 para los ingleses) alineó a Ortega, Ait Nouri, Gvardiol, Kusarov, Akanji, Gundogan, Nunes, Nico, Silva, Echeverri y Haaland. El jueves y ante la Juventus, también a las 15,00 (hora local, 21,00 en España) y en Orlando, la previsión supera de nuevo los 30 grados y los 60 de humedad. 

La rueda del fútbol no va a dejar de girar a pesar de la sobrecarga del calendario ni del calor. El fútbol moderno ya asistió en 2022 a la primera celebración de un Mundial 'fuera de fecha', en pleno invierno europeo, tras la polémica adjudicación del mismo a Qatar: durante la final en Lusail se alcanzaron los 30 grados, aunque los sistemas de refrigeración del estadio bajaron la temperaturas hasta los 22-24.