Gitanillo, herrado con el número 25, de 523 kilos de peso y de la ganadería de Rehuelga, ha sido reconocido por el Colegio Oficial de Veterinarios de Cuenca como el mejor toro de la pasada Feria de San Julián. Así lo ha decidido el jurado de este galardón, uno de los más prestigiosos y longevos en este capítulo de toda España, y que además alcanza su vigésima edición. El toro del hierro santacolomeño fue lidiado por Emilio de Justo el pasado 30 de agosto en segundo lugar. Tal y como destacó el jurado en la argumentación de su fallo, el reconocimiento estuvo muy disputado con otro toro de la ganadería de Román Sorando, el número 28, que se las vio con Joselito Adame. A su juicio, «estuvo muy por encima del torero».

Entre otras consideraciones a tener en cuenta, el jurado quiso destacar «la bajada de nivel» tanto de comportamiento como de presentación –en línea general– del ganado del serial sanjulianero. Algo que «ha influido», entienden, «porque el nivel de las faenas también ha descendido». Asimismo, consideran que «llama la atención» que se apueste poco por la innovación ganadera, y es que «en lugar de apostar por hierros nuevos, se repite a las mismas ganaderías durante varios años ya». También les sorprende especialmente que «se lidien toros que se declaran no útiles y no se lidien toros declarados útiles».

Por otro lado, destacan que las tres ganaderías que lidiaron este año han sido premiadas ya por el Colegio de Veterinarios y que, en todos los casos, los toros galardonados en otras ocasiones «estuvieron por encima» del burel reconocido en esta ocasión. No en vano, una parte del jurado, aquella que conforman en su mayoría los veterinarios de la plaza, abogaban por dejar desierto el premio. En el apartado positivo, hacen hincapié en la inclusión de la becerrada de promoción y la apuesta por la cantera.

De esta forma, el ganadero Rafael Buendía repite como ganador de este premio y volverá a Cuenca el año que viene a recoger su trofeo, en este caso, una obra del artista local Tomás Bux.