Adiós al fantasma de los pararrayos radiactivos

Antonio Gómez
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Adiós al fantasma de los pararrayos radiactivos - Foto: ENRESA

Los pararrayos con cabezal radiactivo poblaron en su día los tejados de las viviendas de los españoles porque consideraban que eran más eficientes para captar los rayos y desde su prohibición en el año 1986 se fueron desmantelando poco a poco. La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, S.A (Enresa) se encargó de retirarlos desde 1993 y desde entonces hasta junio de este año en la provincia de Cuenca fueron 93, pero aún quedan pendientes por retirar tres. 
Este asunto vuelve a la actualidad, ya que hace unos días en el Congreso el diputado Miguel Ángel Heredia, del Grupo Socialista, realizó una pregunta sobre los 49 pararrayos radiactivos que quedan pendientes por retirar en España. En la respuesta, el Gobierno apuntó que está previsto que los que aún quedan en algunos tejados serán eliminados definitivamente en el último trimestre del presente año. 
Fuentes de Enresa explicaron a La Tribuna de Cuenca que el reciclaje de los isótopos que contienen estos aparatos, el AM-241 se lleva a cabo en el Reino Unido, ya que se descartó en su día la instalación en España de un almacén transitorio de residuos. 
Hicieron hincapié en que hace diez años se hizo una campaña masiva de retirada de pararrayos con cabezal radiactivo, pero que hoy en día «siguen llegando solicitudes para que los técnicos especialistas actúen en cualquier parte de España para retirarlos». 
 
pendientes. De los que aún quedan pendientes de quitar hay cinco en Castilla-La Mancha, que son los tres de Cuenca y otros dos en Ciudad Real. La provincia con más pararrayos desmantelados fue Toledo con 295 en total, le siguen Albacete con 257, Ciudad Real con 191, Guadalajara con 148 en Guadalajara, y Cuenca con 93.
Enresa agregó que hacia 1960 comenzaron a instalarse, por parte de particulares e instituciones, en Europa, y por tanto en España, pararrayos que incorporaban en sus cabezales diferentes isótopos radiactivos. Esta práctica «tuvo su auge en los años 70 y se prolongó hasta junio de 1986, momento en que la fabricación e instalación fue prohibida».
 
efectividad. Desde la publicación el Real Decreto de 1986 se recibieron cerca de 27.000 solicitudes de retirada, de las que 22.020 resultaron efectiva, «otras no, porque, por ejemplo, no eran pararrayos radiactivos». Hasta el 31 de marzo de 2004, cuando se dio por finalizada la campaña, Enresa retiró 21.961 pararrayos. Quieren dejar bien claro que el peligro con estos elementos «sólo estaba si se producía una manipulación de los mismos».
       En el BOE, el Real Decreto 1428/86  prohibió la instalación de nuevos pararrayos radiactivos y se exigía que «o bien se procediera a su legalización como instalación radiactiva conforme al Reglamento sobre Instalaciones Nucleares y Radiactivas, o bien se contratara su gestión como residuo radiactivo con una empresa autorizada».