Varias cuadrillas de Uruguay inician el esquileo de rebaños

J. L.
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Una empresa de Granada proporciona en estos días este servicio tan necesario para la higiene del ganado

Varias cuadrillas de Uruguay inician el esquileo de rebaños - Foto: Reyes MartÁ­nez

Los ganaderos de la provincia ya tiene solucionada una de las cuestiones que causaba más quebraderos de cabeza durante  los pasados meses de pandemia y confinamiento. Se acercaban los calores propios de la primavera y del verano y, en la mayoría de los casos, no tenían resuelto el esquileo de sus rebaños ovinos. Habitualmente, y en estas fechas previas al estío, ciudadanos de países del este de Europa –rumanos o polacos en su mayoría– llegan para participar en las labores tradicionales de cortar el vellón o lana de ovejas adultas y corderos, pero el virus y el cierre de fronteras  hizo saltar las alarmas de los ganaderos a los que se les ha acumulado el trabajo. Y es que para asegurar la higiene y el bienestar del ganado ovino es necesario esquilar y tener al rebaño preparado para los rigores del verano.

Es por ello que en las semanas pasadas se han acelerado los permisos de trabajo para que cuadrillas de esquiladores, procedentes de Uruguay, pueden desplazarse entre provincias para asistir a cooperativas y a propietarios del ganado. José Antonio Guerrero, un conocido empresario de este sector, proporciona los contactos para que los esquiladores ya efectúen la labor  en la provincia.

Guerrero, natural de Orgiva, explica que los trabajadores que vienen a las explotaciones ganaderas conquenses proceden del país sudamericano porque «son buenos profesionales. Además, el idioma ayuda muchísimo y se entienden muy bien con los ganaderos», dice,  y reconoce que la profesión «se ha perdido porque no hay cultura de esquilar. Aquí todo se hacía amarrado, pero con el sistema australiano la oveja sufre menos y el ganadero lo prefiere». Otra razón que provocó en su día el abandono de este oficio fue «la construcción. Muchos lo dejaron, pero ahora hay empresas que están desarrollando cursos para recuperarla». 

Cierto es que la pandemia del Covid-19 ha condicionado una campaña «atípica. Antes de que nos confinaran ya trajimos trabajadores de Uruguay y empezamos a tener pronto unos problemas de movilidad terribles, pero al final se ha podido hacer la documentación y se están guardando las reglas de higiene que obliga la ley. Si no hubiesen dejado entrar a esos 250 esquiladores uruguayos, el mundo ganadero nacional hubiese tenido un problema sanitario grave», sentencia.

Esquileo en cuenca. Varias ganaderías conquenses de la provincia y de Castilla-La Mancha –sobre todo en la zona de Molina de Aragón– han solicitado los servicios de los esquiladores uruguayos, que se desplazan en cuadrillas de cinco personas entre las provincias con los documentos que les permiten hacer las tareas. 

El propietario de la empresa ‘El esquilador Guerrero’  asegura que «es la primera de Europa esquilando merinas. Llevamos muchos años dando servicio a las cooperativas que engloban el EA Group y estamos en toda España y, naturalmente, también prestamos servicio en Castilla-La Mancha. Ahora mismo hay una cuadrilla y en poco tiempo se enviará a otra que también irá a la zona de la Serranía y, en Guadalajara, a la Agrupación de la Alcarreña». 

Eso sí, recalca que «este es un trabajo duro, estacional y no se pueden cometer errores». En esta profesión «hay que tener mucho cuidado y, además, existe mucha competencia desleal. Ocurre que hay cuadrillas de españoles que no tienen papeles ni pagan seguro alguno y cobran cada oveja a un precio inferior al estipulado».