Cualquier alimento puede hacernos pasar una mala jugada si el proceso de ingesta no se realiza de forma adecuada. Incluso la vida misma corre peligro si no se come con cuidado y precaución. Esa es la angustiosa situación que vivió un joven turista valenciano en la cafetería de un área de servicio de Chillarón. Pero por suerte, Víctor López y Tomás Montero, dos agentes del puesto de la Guardia Civil de Villalba de la Sierra, se encontraban en el mismo lugar y todo quedó en un pequeño susto gracias a sus vitales actuaciones. Eso sí, durante unos segundos se fraguó la tragedia.
El hecho ocurrió cuando un joven alertó a sus familiares de que no podía respirar. Incluso hacía señales evidentes de haberse atragantado con la comida y no tenía opciones de articular palabra. La madre solicitó ayuda, dirigiéndose rápidamente a los dos agentes. Víctor y Tomás no se lo pensaron dos veces y salieron corriendo para auxiliar al chico, que «tenía la cara roja porque no podía respirar, tenía una mano alzada para pedir ayuda y la otra sujetándose el cuello», detallan ambos.
compresiones. Inmediatamente, los dos agentes procedieron en ese mismo instante a realizarle la maniobra de Heimlich de primeros auxilios. Esta acción es vital para salvar la vida de una persona cuando tiene problemas por haberse atragantado. En las dos primeras compresiones, «el joven expulsó un trozo de hueso», indica Víctor. Rápidamente volvieron a realizarle una tercera compresión que acaba con el afectado expulsando una «porción de carne», añade Tomás. Es en este momento cuando el chico recupera el aliento y la compostura. Por suerte, la situación quedó en un susto y de las lágrimas y la tensión se dio paso a los aplausos y la alegría. Como no podía ser de otra forma, tanto el joven, que no precisó de atención médica, como los familiares reiteraron sus agradecimientos a los agentes por dicha actuación.
Apenas pasaron unos segundos, pero fueron los más angustiosos de la familia. La rápida actuación de los dos miembros de la Guardia Civil fue vital para salvar la vida de este joven, que vivió un susto que jamás olvidará. Víctor López asegura que estos casos se producen en «apenas unos segundos» y la situación se agudiza si el afectado «no tiene aire en los pulmones porque lo ha soltado justo cuando estaba ingiriendo comida». Independientemente del tiempo que tenga la persona, que puede variar de cada caso, este agente subraya que «cuanto más rápido se realice la maniobra menos posibilidades tienes de perder el conocimiento o el oxígeno en el cerebro».
Pero que tanto Tomás como Víctor, que llevan destinados en Villalba de la Sierra desde hace 27 y cuatro años, respectivamente, estuvieran en el mismo lugar no es casualidad, ya que ambos ejercen una vigilancia continua por todas las áreas de servicio de su ámbito de influencia. Ese es el cometido que tienen con el objetivo de velar por la seguridad ciudadana. Además los agentes cuentan con una gran formación en primeros auxilios, que reciben tanto en su etapa formativa como de forma continuada durante todos los años de servicio. Los dos agentes de la Benemérita avisan de la importancia de no golpear en la espalda de la persona que está sufriendo problemas de atragantamiento. «Lo único que se consigue es que si el objeto está atragantado, es que se vaya más hacia adentro y la situación sea todavía más grave», describe Tomás.
Cabe destacar además que Víctor es la segunda vez que tiene que intervenir para salvar a un ciudadano. Aunque la primera fue hace año y medio de forma muy diferente, ya que se tuvo que tirar al agua para rescatar a cuatro miembros de una familia, dos adultos y dos menores, en Los Cortaos de Villalba de la Sierra. El agente, junto a compañeros del puesto de Villalba de la Sierra y Tragacete, tuvo una actuación impecable y memorable.
Víctor y Tomás reconocen que estas actuaciones «llenan de orgullo» y te recuerdan por qué «entramos en la Guardia Civil». Ambos, con mucha humildad, relatan que estas actuaciones están enmarcadas dentro de su ejercicio laboral y repiten, una y otra vez, que «estamos para ayudar». No cabe duda de que la vida es mucho más fáciles con estos verdaderos ángeles de la guarda.