Los meses de julio, agosto y septiembre son de largo el período más peligroso para ponerse al volante, justo cuando la gran mayoría de españoles realiza algún desplazamiento de largo recorrido. De hecho, Tráfico prevé más de 95 millones de recorridos por las carreteras españolas. Ese volumen de intensidad vial se traduce en una media de cinco fallecidos al día en la última jornada, una tasa de mortalidad un 20,5 por ciento más alta que en períodos no vacacionales y sensiblemente superior a la de otros festivos.

Así, en los últimos 10 años se produjeron un total de 230.000 accidentes en verano, Semana Santa, puente de diciembre y Navidad, de los cuales unos 165.000 (71 por ciento) tuvieron lugar en las vacaciones estivales. Una época donde también se registraron 3.300 muertes y 234.000 lesionados.

Los datos se recogen en el estudio Ir y volver. Radiografía de los accidentes de tráfico en los desplazamientos de verano en España (2012-2021), elaborado en colaboración con Fesvial (Fundación Española para la Seguridad Vial), que fue presentado ayer.

En este estudio se analizan las operaciones de salida y retorno de verano, comparándolas con los períodos laborales normales y con el resto de las épocas vacacionales comunes a toda España.

Además, los efectos del calor, la fatiga, las distracciones, la densidad del tráfico, las imprudencias y los excesos de velocidad por querer llegar cuanto antes son algunos de los motivos que influyen en la mayor siniestralidad en esta época, señaló Mar Garre, directora general de la Fundación Línea directa.

Por eso, conducir a más de 30 grados podría equivaler a ponerse al volante con una tasa de alcoholemia de 0,29 gr/l y el riesgo de accidente se incrementa ente un 15 y un 25 por ciento.

De hecho, en un 10 por ciento del aumento de las distracciones influye el calor.

En este sentido, el accidente más frecuente en verano es la salida de vía, que se incrementa 1,6 puntos respecto a otros momentos no vacacionales.

Asimismo, también aumentan notablemente las colisiones frontales, los vuelcos y los choques contra obstáculos, unos tipos de siniestros muy relacionados con la fatiga y las distracciones.

Además, suelen producirse cerca del destino, lo que podría estar causado no solo por el cansancio, sino también por cierta relajación del conductor al ver la proximidad de su llegada, precisó Garre.

Este tipo de siniestros suele afectar más a los hombres, especialmente a los más jóvenes (de entre 18 a 29 años).