Una manifestación recorre Toledo para defender la labor del rehalero como afición

Susana Jiménez / Toledo
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Más de doscientas personas reclamaban ayer que la caza con rehalas no sea considerada como una actividad económica

Los rehaleros mostraron su rechazo a la exigencia de estar dado de alta como autónomos. - Foto: Víctor Ballesteros

Más de doscientas personas se manifestaba ayer en Toledo en defensa de la rehala y la montería española, y contra la decisión del Gobierno de considerar a esta sección de la caza como actividad económica. Una decisión que obliga a los rehaleros a darse de alta como autónomos en la Seguridad Social, y que para este colectivo no solo no tiene ningún sentido, sino que también pone en peligro la continuidad de numerosas rehalas.

Así lo explicaba desde la Asociación de Titulares de Cotos, Cazadores y Actividades afines al sector cinegético (Atica) Castilla-La Mancha, colectivo encargado de la organización de esta manifestación en Toledo, su presidente, Juan Caballero, quien subrayaba que los rehaleros «son cazadores» y como tal, sacan su licencia. «No hacen ningún trabajo, es una afición», insistía el presidente de Atica CLM momentos antes de que diera comienzo la manifestación.

Con sus sonoras cornetas y caracolas, algunos de ellos también ataviados con su vestimenta para salir de montería, quisieron dejar claro que también la caza con perros es un deporte. «No tiene mucho sentido que un cazador, por el hecho de llevar unos perros deje de ser cazador y pase a ser una actividad económica», explicaba Caballero.

Cazadores que, además de sacar su licencia como el resto, también debe hacer frente a otros gastos como el mantener durante todo el año un número de animales muy importante -si para cada rehala se necesitan 22 perros, debe mantener durante todo el año entre 35 y 40 animales-, con los consiguientes gastos (mantenimiento de núcleo zoológico, comida, veterinarios, transporte). Por ello, si ahora además a la hora de ir a cazar se les exige estar dados de alta como autónomos, lo que supone un coste adicional de 1.600 euros por temporada, surge otro nuevo problema.

«La mayoría son trabajadores autónomos por cuenta ajena y ya están dados de alta en la Seguridad Social», explicaba el presidente de Atica Castilla-La Mancha, pero también otra parte del sector que se ve «muy perjudicada» son aquellas personas que se han quedado en paro y que además de mantener los animales durante todo el año, a la hora de ir a cazar se les exige asumir este nuevo gasto. Un nuevo desembolso que  «para muchísimas personas que mantienen muy mal, desde el punto de vista económico una rehala», supondrá que «tengan que deshacerse de ellas».

Es todo, subrayaba Caballero, «una cadena de problemas» ante la que piden una solución, ya que el rehalero «es un cazador más».

Reuniones. Así lo han intentado hacer ver a la Administración en las distintas reuniones que han mantenido con diversos responsables, tanto a nivel nacional como regional, sobre este asunto. «Hemos mantenido reuniones a todos los niveles, tanto con el director general del Ministerio como a nivel de Castilla-La Mancha con el delegado del Gobierno, así como con los subdelegados del Gobierno en Toledo y Ciudad Real», explicaba Caballero. También se han mantenido contactos con el director territorial de Inspección y con los jefes de Inspección de Toledo y Ciudad Real.

De estas reuniones se obtuvo en principio «un acuerdo verbal», en función del cual los rehaleros que cazaban menos de 30 días al año, al no considerarse habitual, no tendrían que darse de alta en la Seguridad Social.

Un acuerdo, explicaba el presidente de Atica CLM, que posteriormente, en la reunión de la Mesa de Rehalas celebrada en el Ministerio, se consiguió por escrito, con la única variación de que los días de caza se  sustituía por el salario mínimo interprofesional. De este modo, el director general plasmó por escrito que «aquellos rehaleros que no llegaran al salario mínimo interprofesional, alrededor de 9.000 euros, al no haber habitualidad, no tendrían que darse de alta».

El detonante a la manifestación que ayer se celebraba en Toledo se producía el pasado 30 de mayo, cuando en una reunión celebrada en la capital castelleno-manchega con el subdelegado del Gobierno, el jefe de Inspección y el de Tesorería, se les dijo que dicho escrito del director general «no valía para nada».

De este modo, se convocaban las dos primeras movilizaciones que ayer se desarrollaban una de ellas en Toledo y otra en Sevilla. La siguiente está convocada en Mérida el próximo 12 de julio.