Miguel Romero

Miguel Romero


La casa de Gómez Carrillo, ahora museo, vive la poesía

15/06/2022

De gran satisfacción es informar de una actividad extraordinaria que el Museo de Cuenca, para otros Museo Arqueológico de la ciudad, llevará a cabo el próximo sábado 18 del presente mes. Y la culpa de ello lo tiene la inquieta profesora Cristina Feiner Bas, actualmente Asesora educativa en labores de dinamización y formación en ese espacio científico cultural que tiene nuestro Casco Antiguo. No hay duda que la Junta de Comunidades, en este caso su Delegación Provincial de Educación, Cultura y Deporte, ha sabido elegir a la persona adecuada para generar un sinfín de actividades educativas que propicien el conocimiento, la divulgación y el ejercicio interactivo entre un Museo –necesitado de ampliación- y su contenido.
Colegios de nuestra capital están pudiendo comprobar las cualidades artístico-literarias, aplicadas al aprendizaje en un número de actividades que dinamizan y dan a conocer la riqueza patrimonial, arqueológica, histórica, de ese pasado de nuestra historia, en un marco inigualable como es ese espacio museístico.
Así, el Aula Poética, coordinada por Carmen Orellana que presentará a la princesa Encheduanna y Carlos Solano sobre Safo, la gran poeta de Lesbos, darán pie a una intervención de varios miembros del Aula Poética de Cuenca que ese sábado 18 a partir de las 12:00 horas inundará de poesía, lírica y clasicismo, un especial rincón patrimonial de nuestra ciudad.
Lo que fuera Casa Palacio de la familia de los Gómez Carrillo, del linaje Carrillo y Albornoz, iniciada por el afamado personaje don Luis Carrillo de Albornoz, el que durante la primera mitad del siglo XVI viviera en la placeta del Escardillo, es ahora sede del Museo de Cuenca, en parte. 
Aquí vivió, en esta calle Canónigos, a la espalda del Palacio Episcopal, este enigmático y poderoso personaje conquense. Fue educado en Italia donde estudiaría en el Colegio de San Clemente de Bolonia, siendo rector, reformador de sus estatutos, regresando a Cuenca a principios del siglo XVI donde tomaría posesión de la canongía catedralicia el 14 de abril de 1505. Participó en la restauración de la capilla de los Caballeros y fue personaje de alcurnia, poder y educación en la Cuenca de estos momentos.