Un verano para olvidar. Los establecimientos hoteleros de la capital conquense han cerrado la temporada veraniega con cifras no solo inferiores a las del año pasado, sino, incluso, muy por debajo de los niveles de prepandemia, especialmente por el mal comportamiento del turismo en julio.

La última Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH) del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al mes de septiembre estima en 49.843 el número de viajeros que eligieron un hotel de la capital para alojarse este verano, un 5,4 por ciento menos que hace un año, cuando se llegó a los 52.670, y un 19 por ciento por debajo de los niveles de prepandemia, en 2019, con 61.524.

Las pernoctaciones, como es de esperar, corrieron idéntica suerte y de julio a septiembre ascendieron a 90.517, un 8,3% menos que en el verano de 2022, y un 18,6% inferior a las 111.139 de 2019.

Este verano se hospedaron en los hoteles de la capital 49.843 viajeros. - Foto: R. Martínez

Estancia, por ciento, que en este periodo ha descendido a una media de 1,82 días, bastante por debajo de los 1,88 del ejercicio anterior y casi similar a los 1,83 de antes de la pandemia; todo ello como consecuencia de las peores cifras registradas en julio, cuando los turistas se quedaron una media de 1,78, muy lejos de los 1,90 de 2022 y más aún de los 2,03 de 2019.

Ocupación hotelera. A esta caída de las pernoctaciones, se suma el menor grado de ocupación hotelera registrado en la temporada veraniega, a pesar de que septiembre mantuvo el tipo con una media del 55,5 por ciento y tan solo perdió 2,6 puntos con respecto al 58,1% de 2022 y de 2019. Y es que la ocupación media por habitación durante el verano se situó en el 50,7%, seis puntos por debajo de hace un año (56,9%) y ocho de hace cuatro (58,5%).

Cifras que varían si se habla de los fines de semana, cuando el grado de ocupación de los hoteles de la capital creció hasta el 54,1%; aún así, continúa siendo inferior al 60,3% del verano anterior y al 68,8% de antes de la pandemia, en 2019.

Esta reducción de la ocupación se ha reflejado, como es lógico, en los principales indicadores de rentabilidad hotelera, hasta el punto de que el ingreso medio por habitación disponible en este periodo –el conocido RevPAR– se estimó en una media de 37,33 euros, un 5,5% menos que hace un año, mientras que el ingreso medio por habitación ocupada (ADR) subió de los 68,8 euros de 2022 a los 71,85 de este año.

Cifras de la provincia. El verano no ha sido muy distinto para los alojamientos hoteleros de la provincia, no solo en viajeros y pernoctaciones, sino también en ocupación y estancia media.

No en vano, de julio a septiembre se contabilizaron en este tipo de establecimientos 86.060 viajeros, un 7,6% menos que hace un año y un 11,9% por debajo de los 97.641 registrados antes de la pandemia.

Las pernoctaciones, por su parte, se elevaron a las 154.157, lo que equivale a un descenso anual del 8% y del 8,9% respecto a 2019.

La estancia media experimentó una tendencia similar y este verano se situó en los 1,77 días, por debajo de los 1,80 de 2022, aunque por encima de los 1,75 de antes de la pandemia.

El grado de ocupación media por habitación cayó hasta el 37,5%, dos puntos y medio menos que 2022, pero casi un punto más que en 2019, mientras que los fines de semana creció al 41,06%, similar al 41,5% del verano anterior y cuatro puntos por debajo de los 45,3% de 2019.

A pesar de estas cifras, la rentabilidad hotelera no sólo no se ha visto resentida, sino que ha experimentado una ligera recuperación por el incremento de los precios. Así, el ingreso medio por habitación disponible (RevPAR) se ha situado en una media de 24,86 euros, prácticamente similar a los 24,85 euros del verano pasado.

Las diferencias se han acentuado más a la hora de abordar el ingreso medio por habitación ocupada en este periodo (ADR), puesto que este año se ha estimado en los 65,78 euros, mientras que hace un año se quedó en los 62,70. 

Aún así, un verano para olvidar, que deja al descubierto cierta debilidad del sector frente a otros destinos del interior y sobre todo del litoral, que hay que atajar de inmediato.