Mentes creativas

Manu Reina
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Dos grupos de alumnos del IES Santiago Grisolía, uno de cuarto de ESO y otro de Bachillerato, logran el primer premio en la fase provincial de la Competición de Robótica de la UCLM

Mentes creativas - Foto: Manu Reina

No es nada sencillo dar sentido a un número elevado de piezas y más aún construir un robot que debe funcionar de manera autónoma. Pues bien, dos grupos de alumnos del IES Santiago Grisolía lo han conseguido por sus propios méritos y además han conquistado dos premios por ello. Tienen una mente creativa. Y es que ambos se impusieron recientemente en la fase provincial de la Competición de Robótica de la Universidad de Castilla-La Mancha, que es un concurso que se consolida en su tercera edición con un total de 440 estudiantes inscritos y la implicación de treinta y seis colegios e institutos de la región.

Los alumnos del IES Santiago Grisolía son los ganadores de la fase provincial en las modalidades de Robots de Sumo con LEGO y Robots Rastreadores con Arduino. En concreto, el grupo de Primero de Bachillerato formado por Saúl López, Eric Zamorano, Said Tahmi y Alejandro Martínez son los vencedores en la primera de ellas, mientras que el grupo de Cuarto de ESO compuesto por Óscar Collados, Daniel Saiz, Ana López y Patricia Ortiz hizo lo propio en la segunda. «Estamos muy orgullosos de haber competido y por haber ganado», subrayan todos de forma unánime. 

En esta competición hay una tercera modalidad, que es la de Automatización con Tinkercad y Arduino, aunque en esta no pudieron llevarse la victoria ninguno de los representantes de este centro. En esta competición provincial también participaron alumnos del colegio La Sagrada Familia y los institutos San José y Alfonso VIII de la capital, y los institutos Eva Escribano, de Minglanilla, y Fray Luis de León, de Las Pedroñeras. 

Pero hasta llegar a esta competición ha sido necesario un duro trabajo previo. Óscar Collados señala que «hemos tenido que trabajar durante un mes y medio para dar forma al robot, que se llama Pepe». Estos jóvenes no lo tuvieron nada fácil durante el concurso, que tuvo lugar la semana pasada en la Escuela Politécnica de Cuenca, ya que durante el desarrollo de las pruebas «se nos rompió un motor y pensábamos que no íbamos a ganar», afirma Ana López. Finalmente pudieron sacar la competición adelante pese a que tuvieron que solventar también unos pequeños problemas antes del inicio de la competición. «Nos alegró mucho cuando supimos que éramos los ganadores», incide Patricia Ortiz. Y es que su robot, que se llama Pepe, fue el qué mejor siguió las líneas marcadas en el tablero. En cambio, sí que tuvieron un recorrido más liviano los alumnos de Primero Bachillerato. Estos alumnos, que también han necesitado más de un mes de trabajo para dar forma a su robot, construyeron el ejemplar más robusto y contundente. Tal es así que su robot, cuyo nombre es Sares en honor a su profesora, fue el más fuerte en el tablero hasta tal punto de que consiguió batir a todos sus adversarios. «Teníamos mucha confianza en nuestro robot», subraya Saúl López. 

Proceso. Las profesoras del centro Alicia Parra y Riánsares Poyatos se sienten «muy orgullosas al ver cómo nuestros alumnos han conseguido participar creando sus propios robots». Parra es la profesora de los chicos de cuarto de ESO, mientras que Poyatos es de los alumnos de Primero de Bachillerato. No obstante, ninguna de las dos ha participado en la creación de los ejemplares, «porque nosotras nos hemos limitado a darles unas pequeñas directrices mientras que ellos mismos han sido los que lo han creado todo durante los recreos», explican. 

Pero aquí no acaba la cosa. Ambos grupos de alumnos del IES Santiago Grisolía tendrán que participar el próximo mes en la fase regional frente a los ganadores de las fases del resto de provincias. Esta cita se celebrará también en la Escuela Politécnica de Cuenca y los estudiantes conquenses tienen muchas ganas de volver a ganar. En este tiempo de espera hasta que llegue la fecha, que podría ser el 12 de junio, los estudiantes trabajarán en perfeccionar sus robots con el fin de «tener todavía más opciones de ganar», asegura Said Tahmi. 

Los alumnos han experimentado un proceso de aprendizaje muy importante porque han demostrado que son capaces de trabajar en equipo y de llevar a buen puerto todo los conocimientos que tienen sobre tecnología. Es una evidencia que cada uno de ellos tendrá un gran futuro en el mundo de la robótica.