No es algo nuevo. Todo lo contrario. Y quizá eso sea más grave todavía. La calle Colón en pleno centro de la capital conquense, a tenor de su aspecto, parece sumida desde hace décadas en la más profunda crisis económica, de la que a priori no parece tener visos de salir, al menos, a corto y medio plazo.
Los carteles de venta y alquiler inundan los locales y bajos de edificios a lo largo de sus casi 900 metros de longitud, desde su intersección con la avenida José Cobo hasta el puente de San Antón.
Toda una arteria, en paralelo a calles tan emblemáticas de la ciudad como Carretería, que, pese a su excepcional ubicación, no parece encontrar el camino hacia esa deseada reactivación comercial. Algo que le hace estar en el punto de mira de cuantas corporaciones pasan por el Ayuntamiento, sin que en las últimas décadas hayan encontrado la tecla, que saque a esta calle de su fatal letargo.
Los locales comerciales sin actividad se prolongan en el tiempo a lo largo de la céntrica calle Colón, sin que lleguen nuevos negocios para dar más vida a la zona. - Foto: Reportaje fotográfico: Miguel A. RamónBasta con darse un paseo por ella para comprobar que cerca de la tercera parte de sus locales comerciales se encuentran vacíos, sin actividad, y sus fachadas repletas de grafitis, que vienen a complementar los carteles de «Se vende» o «Se alquila», sin que encuentren respuesta entre comerciantes y emprendedores, que da la impresión no ven atracción alguna en abrir un negocio en esta zona, a pesar de estar en pleno centro de ciudad y, en consecuencia, ser paso habitual de numerosos ciudadanos, de dentro y fuera de la capital, y, por lo tanto, potenciales clientes.
Sin grandes cambios. El nivel de rotación comercial no cubre, ni por asomo, la oferta de locales disponibles. Y es que en los últimos años, aunque se han registrado alguna que otra apertura de establecimiento, en algún caso como primera implantación en la ciudad y en otros, los más comunes, por traslado, son muchos los bajos comerciales que se eternizan sin que la vida regrese a ellos, hasta el punto de convertirse en «unos auténticos clásicos de la calle Colón» a la vista de los numerosos ciudadanos que pasan diariamente por esta zona.
Al local por todos conocido, a la altura del número 59, donde antaño estuvo ubicado el Colegio Oficial de Médicos de Cuenca y desde hace años inundado de grafitis y restos de carteles que no paran de acumularse con el paso del tiempo, se suman otros tan conocidos como la antigua tienda de máquinas de coser Alfa, en el número 70, o negocios de hostelería que, sin duda, formaron parte de la vida de varias generaciones de conquenses, como El Mesón –conocido popularmente como El Comunista–, a la altura del número 56, o el Bar Polo, en el 24. Locales que siguen ahí, sin ocupar, a la espera de que algún emprendedor vea en ellos un lugar ideal para iniciar su actividad.
Los locales comerciales sin actividad se prolongan en el tiempo a lo largo de la céntrica calle Colón, sin que lleguen nuevos negocios para dar más vida a la zona. - Foto: Reportaje fotográfico: Miguel A. RamónOtros locales se suman a la lista y se dilatan igualmente en el tiempo, aunque desde hace menos años, como un despacho de pan, un bar, una peluquería, una tienda de poke y un restaurante con estrella Michelin, en el entorno a la intersección con la calle San Agustín, a unos metros de la sede de Cruz Roja Cuenca.
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Locales comerciales sin vida que contrastan con nuevos negocios –los menos– y otros que llevan abiertos durante años y continúan en la brecha después de décadas. Una calle de contrastes que para muchos es un claro reflejo del devenir de la ciudad en las últimas décadas, aunque no por ello algo inamovible.