Obispo de Cuenca, presidente de la Generalidad de Cataluña

Antonio Rodríguez Saiz
-

Obispo de Cuenca, presidente de la Generalidad de Cataluña

Si algún lector tiene interés o curiosidad por leer el libro con el extenso título de Noticias de los Ilustrísimos Señores Obispos que han regido la Diócesis de Cuenca con los sucesos más notables acaecidos en su pontificado y con muchas curiosidades referentes a la Santa Iglesia Catedral y su Cabildo, escrito en el siglo XIX por el canónigo magistral Trifón Muñoz y Soliva y, además, si en su lectura añade el Episcopologio Conquense (1858-1997) de quien fue párroco y canónigo Domingo Muelas Alcocer, observará que en ninguno de los dos volúmenes, donde están escritas las biografías de los obispos conquenses, existen datos que puedan asegurar la certeza de la afirmación que sirve de título a este artículo y, sin embargo, es verdadera la afirmación.

El 92º presidente de la Generalidad de Cataluña (en catalán Generalitat de Catalunya) fue García Gil Manrique Maldonado nombrado el 9 de octubre de 1632 ejerciendo la más alta representación de la Generalidad hasta 1635. Con anterioridad fue obispo auxiliar de Cuenca. Se considera por historiadores primer presidente de la Generalidad de Cataluña (entonces llamada Diputación General de Cataluña) al obispo de Gerona Berenguer de Cruilles nombrado en las Cortes de Cervera del año 1359.

La biografía del clérigo y político conocido por don García o don Garcigil nos indica que nació en la pequeña localidad de El Pobo (Guadalajara) y bautizado en la iglesia de san Pedro en la histórica ciudad de Molina de Aragón capital de la comarca de su Señorío.

Desde el año 1916 su nombre es El Pobo de Dueñas, cuando se modificaron 573 nombres de pueblos en España por Real Decreto para evitar confusiones, con otros de nombres idénticos, entre distintas localidades. En este caso concreto existe en Teruel otro llamado El Pobo.

Estudió García Gil Manrique en Sigüenza y posteriormente en la Universidad de Salamanca, donde cursó «ambos derechos» y teología, fue allí profesor, trasladándose después a Roma ejerciendo la abogacía en la Curia.
Es en Roma cuando fue Gil Manrique nombrado obispo auxiliar de Cuenca con título de Bizerta, el día 5 de marzo de 1618 consagrado en la iglesia de Montserrat de Roma, siendo la duración en este cargo hasta el 30 de agosto de 1627 que sería nombrado obispo de Gerona. Ha sido costumbre que cuando se nombra a un obispo sin responsabilidades en el gobierno de una diócesis, la Santa Sede le otorga ser titular de una diócesis extinta in partibus infidelium (en tierra de infieles), donde el cristianismo había desaparecido por la extensión musulmana y sin ser oficialmente se suprime la diócesis y deja de existir como comunidad cristiana.

Durante el tiempo que don Garcigil fue obispo auxiliar de Cuenca no hay constancia que dedicase en ella alguna actividad pastoral o de otro tipo en la diócesis. En esa época estuvo regida por Andrés Pacheco que lo fue antes de Segovia y Enrique Pimentel de Valladolid. Es en tiempos de este último (1.649) cuando el Papa Inocencio X le concedió por un Breve una pensión anual de doscientos ducados anuales en metálico, a título de mesa episcopal de Cuenca.

Era comúnmente conocido que en aquella época el obispado de Cuenca, junto con los de Sigüenza, Córdoba y Plasencia, eran los más ricos en España.

Tomó posesión el culto obispo pobano de la mitra gerundense el 21 de enero de 1628 donde gozó de estima y aprecio como eclesiástico y gobernante. Según los historiadores señalan, su nombramiento se hizo impulsado por el conde duque de Olivares para castellanizar la iglesia catalana.

En 1632 fue nombrado obispo de Barcelona. Durante el tiempo que fue titular de esta diócesis tuvieron lugar fuertes conflictos coincidentes con la conmoción política que se vivió en Cataluña: Guerra dels segadors durante la cual el Principado estuvo ocupado por los franceses desde 1641 a 1652, sucediendo también los hechos ocurridos del Corpus de Sang.
Habiendo sido el obispo García Gil Manrique nombrado, por sus servicios a la corona (1640) Virrey de Cataluña, al tiempo que continuaba siendo obispo, se negó a prestar juramento de fidelidad a Luis XIII y fue expulsado, por ello, de Cataluña cuando los franceses gobernaron el territorio.

Estuvo viviendo en varios lugares de España, al no poder hacerlo en Roma, que era donde deseaba. Fueron principalmente en su pueblo natal, El Pobo, donde pasó varias temporadas, igualmente en la capital de España e isla de Mallorca, residiendo al final de sus días en Alcalá la Real (Jaén) donde falleció el 23 de marzo del año 1651.

Fueron sus restos trasladados al lugar de nacimiento y allí en la iglesia de El Pobo de Dueñas está enterrado debajo de un mausoleo en piedra tallada, donde se observa la imagen del célebre obispo vestido con los atributos de su dignidad episcopal.