Aulas que florecen

Manu Reina
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El IES Pedro Mercedes trabaja en un proyecto educativo donde sus alumnos y profesores plantan árboles para dar vida a un bosque dentro de unos años

Aulas que florecen - Foto: Manu Reina

Plantar un árbol puede parecer muy sencillo, pero tiene su complejidad durante el proceso, mucho más si es la primera vez. De ahí la importancia de inculcar desde pequeños los pasos que hay que seguir para ver crecer un ser natural a raíz de una semilla. Ese es el objetivo que se han marcado en el IES Pedro Mercedes con la puesta en marcha de un proyecto ambicioso que, incluso, pretende dar vida a un bosque.

La iniciativa, que tiene como título Pedro Mercedes Agenda 2030. Reforestamos, parte desde hace unos meses del profesor Alfonso Ausín con el fin de completar un proyecto de innovación educativa. No tuvo dudas en elegir la rama de Agenda 2030 para que los alumnos del centro, aparte de plantar árboles, puedan conocer este marco mundial en el que se trata de trazar un camino para lograr dar respuesta a los grandes desafíos del planeta. «Es necesario que los estudiantes sepan de qué se trata y qué medidas se acordaron en la ONU».

Esa es la primera toma de contacto. El siguiente paso es que los alumnos, acompañados por sus profesores, adquieran los conocimientos para dar vida a un futuro árbol. Es más práctica que teoría. De hecho, poco a poco, por grupos, salen al jardín del instituto para colocar una semilla en un envase de cartón lleno de tierra. Una vez han colocado el germen estratégicamente, con la raíz siempre hacia abajo, pasan a colocarlo en el huerto para que la naturaleza haga su curso. En el proceso tendrán que supervisar que todo va bien y que al árbol no le falta agua, como mínimo. Pero hay algo innovador que despierta especial ilusión en cada uno de estos jardineros. «Cada uno tiene que poner un palo de madera con un cartel donde escribe su nombre, especie de la planta, fecha y curso», explica Ausín.

Aulas que florecenAulas que florecen - Foto: Manu Reina

De esta manera, con el paso del tiempo, «podrán sentirse orgullosos de cómo va creciendo». De hecho, el profesor incide en que «en muchos casos, dentro de siete años, coincidiendo con 2030, los árboles serán tan altos o incluso más que sus creadores». Mucho más contentos se pondrán los estudiantes el próximo curso cuando el proyecto avance hasta tal punto de que se pase a plantar los árboles que ayer se empezaron a gestar. «Pronto tendremos un bosque en nuestras propias instalaciones», destaca con alegría el docente. 

Fase preliminar. Las semillas proceden principalmente del Vivero de Cuenca, aunque Alfonso Ausín fabricó entre abril y mayo junto a sus alumnos del Grado Medio de Madera y Muebles un vivero germinador de árboles. Esta infraestructura les permite tener sus propias plantas en un mismo invernadero, que cuenta incluso con medidor de temperatura. El pasado mes de septiembre se introdujeron las primeras especies y ayer mismo ya se comenzaron a plantar. El profesor y artífice de este proyecto explica que han empezado con encina, coscosa y roble quejigo, que son unos árboles que producen la bellota. También tienen en mente trabajar con piñoneros, arbustos y muchas otras, aunque dependerá siempre de cada temporada y época del año.

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Aulas que florecen - Foto: Manu Reina

La respuesta del alumnado ha sido «muy positiva» desde el primer momento. Por ejemplo, José Lara destaca que «la iniciativa me gusta mucho» y considera que «es muy necesaria para ver cómo crece un árbol». Por su parte, el alumno Manuel Serrano reconoce que «nunca había plantado un árbol», aunque «a partir de ahora sí sé como tengo que hacerlo».