Todo apuntaba a uno de los procesos electorales más abiertos de los últimos tiempos... y así fue. Qué iba a pasar en el Ayuntamiento de Cuenca era una incógnita que muy pocos se atrevían a despejar en los días previos a que la soberanía popular decantase la balanza. De hecho, era una pregunta que la clase política de aquí y de allá a nivel regional se hacía. No era fácil de predecir, pues sobre la mesa había planteado un batiburrillo político de difícil digestión con hasta ocho fuerzas diferentes. Lo nunca visto en unas elecciones municipales. La ruptura del bipartidismo que comenzó a fraguarse hace cuatro años se confirma tras estos comicios y se reedita –otra vez– con la entrada en el Salón de Plenos de cinco partidos de los ocho que concurrían.

De todos ellos, el más numeroso vuelve a ser el PSOE, capitaneado por Darío Dolz. El socialista traspasa una de las fronteras de más difícil consecución en el Consistorio conquense. La historia dice que un alcalde no repite triunfo desde 2007. Más de tres lustros de alternancia entre alcaldes socialistas y populares. Al fin y a la postre, caló el mensaje –repetido como un mantra en campaña– de que un cambio en el gobierno podría suponer un reseteo, decir adiós a muchos proyectos «importantes» y tener una legislatura «en blanco». Así todo, Dolz tiene la sartén por el mango en este capítulo merced a los 10 concejales que ha obtenido gracias a la confianza de los conquenses. 9.293 votos que, eso sí, empeoran sensiblemente el resultado logrado hace cuatro años, cuando superó por poco la barrera de los 10.000.

Incremento 'popular'. En la bancada diametralmente opuesta, el Partido Popular. La candidata Beatriz Jiménez mejora el pírrico botín de votos que logró Luz Moya hace cuatro años. Es cierto que no era una tarea complicada, pero la profesora logra levantar ese 'suelo' histórico del PP conquense en unas municipales al pasar de apenas 5.815 votos a 8.435. Un 31,7% de los conquenses le han dado su confianza, cuando en 2019 los populares se quedaron en el 21 por ciento de los sufragios.

Dolz revalida su mayoría y Gómez Cavero tendrá la llave

La pregunta del millón está en cómo maniobrarán los otros actores clave en esta película. Todos, de una forma o de otra, pueden jugar su papel. Actores clave como Vox que entra de lleno en al Administración local con dos ediles. Rafael Rodríguez y María José López portarán la voz de una formación que, tras acariciarlo con la yema de los dedos en 2019, 'tocan pelo' en una de las principales instituciones de la provincia, como es el Ayuntamiento de la capital. El millar de votos de hace cuatro años ha crecido ahora hasta los 2.117 y eso ha dado alas en Cuenca a la formación liderada por Santiago Abascal.

En el otro extremo del abanico parlamentario conquense se encuentra Cuenca en Marcha que, cumpliendo todos los vaticinios y yendo de la mano, reagrupa con fuerza el voto a la izquierda de la izquierda hasta lograr unos meritorios 2.124 apoyos. Hay que recordar que hace cuatro años CeM logró 1.500 votos e Izquierda Unida poco más de 900 y esa división les perjudicó. De esta forma, María Ángeles García, que lidera esta formación de confluencia, no se verá 'sola' durante la inminente legislatura como sí ha sido en estos cuatro años y tendrá un compañero a su lado: Pablo García, que regresa de nuevo al edificio consistorial.

Cavero vuelve a ser clave. Cuenca nos Une pierde muchísima fuerza en esta legislatura, pero planteará batalla y, además, será totalmente determinante en la conformación de la corporación municipal el próximo 17 de junio. La agrupación de electores liderada por Gómez Cavero deja escapar en cuatro años casi 4.000 votos, cuatro concejales y dilapida un resultado que hizo historia quedándose en un discreto 8,4 por ciento, con apenas 2.244 sufragios. Hace cuatro años su 'legión' la componían 6.217 votantes.