La verdad es que parece que la primavera está próxima a instalarse, por fin, en nuestras calles. Los días son más largos, más calurosos, parece que tenemos otra alegría a la hora de enfrentarnos al rutinario quehacer diario. Pero, sobre todo, porque nos disponemos a hacerle un lavado de cara a la ciudad con el fin de disfrutar de ese buen tiempo, que no digo yo que la proliferación de obras, pintura, arreglos varios…tenga nada que ver con la cita de mayo. Seguro que no es por eso, ¿verdad? Sea como fuera, la realidad es que esta semana nos encontramos con varias buenas noticias y algunas no tanto.
Por un lado, nos anuncian que el túnel de la calle Alfonso VIII abrirá este mismo mes convirtiéndose en un reclamo turístico ahora que, con la excusa de comer estupendamente, vamos a tener nuestras calles llenas de gente, propia y foránea. Por otro, también parece que marcha a buen ritmo las obras del vial que debe unir el nuevo hospital, que deberíamos ver en funcionamiento en este 2023, con la ciudad. Incluso este proyecto va más allá puesto que se adecúa dicho vial para convertir este punto también en un posible nuevo acceso a la ciudad. Y si seguimos hablando de obras, parece que se va a intervenir en la rotonda de la calle Sargal, la que los más viejunos aún seguimos llamando de la escuela de enfermeras. Sin lugar a dudas, la mejora de dicha rotonda es también perentoria, que nunca sabes si la estás tomando bien, si tienes un stop, si has elegido el carril correcto, amén de la costumbre tan especial que tenemos los conquenses de tomar las rotondas. Todo lo que suponga mejorar el tráfico y, sobre todo, la seguridad de los peatones (recordemos aquí que en las proximidades hay dos colegios de enseñanza infantil y primaria) es bueno para todos.
Pero si todas estas nuevas pueden llegar a ser buenas, debemos reconocer que somos, por decirlo de alguna manera, bastante laxos a la hora del cuidado de lo común. No hay otra forma para explicar que se hayan retirado hasta mil kilos de basura del cauce del río Júcar. No sé muy bien qué ha aparecido, pero si el concejal de servicios públicos tiene que recordar el uso del punto limpio para determinados enseres, debe ser que estos han aparecido en esta limpieza.
O sea que somos un poquete dejados para lo nuestro, pero gastronómicamente felices, eso sí. De todas maneras, hay noticias que pueden ser también esperanzadoras. Parece que la bajada del IVA en determinados alimentos no ha tenido el efecto deseado puesto que llenar la cesta de la compra nos cuesta ahora un 18% más y eso, quizá, no debería preocuparnos puesto que en enero se anunciaba la llegada, de una forma inminente, a Cuenca de una multinacional que viene a dejar cientos de puestos de trabajo. Voy a ver si me pongo las zapatillas de andar, que siempre viene bien hacer ejercicio, y encuentro esa multinacional, por si puede hacer que las familias asuman mejor ese sobrecoste de la cesta de la compra, ya os contaré.