Casasimarro es pura Pasión. La Semana Santa de este singular municipio de la Manchuela es una celebración profundamente arraigada en la tradición y la devoción de sus vecinos, que participan de forma multitudinaria. Cinco cofradías, cuatro de ellas con dos imágenes, y en torno a 1.000 nazarenos. Unas cifras consistentes que llaman poderosamente la atención porque este pueblo supera por poco los 3.000 habitantes. Durante esta semana, marcada en rojo en el calendario, las calles se llenan de fervor religioso y actividades que reflejan el compromiso de la comunidad cofrade.
Una Semana Santa que se encarga de pregonar Eduardo Casas, casasimarreño e ingeniero agrónomo de profesión, al que la vida le llevó a salir del pueblo por motivos laborales y regresar hace poco tiempo. En su alocución, este ferviente semanasantero recuerda que cada uno vive la Semana de Pasión «de forma particular», aunque «para todos es un motivo de reflexión e introspección». Recuerda su infancia en Casasimarro, y «aquellas ganas porque llegase esta semana para ver los pasos en las calles». Por no hablar de su recuerdo a don Eugenio, un párroco que «vivía con una gran pasión la Semana Santa, la procesión del Viernes Santo la remataba él con un sermón en el que la iglesia se llenaba, porque era muy enérgico y vehemente y transmitía como nadie la idea de que Jesús había muerto por nosotros».
Eduardo reconoce que dijo que sí al ofrecimiento de la Junta de Cofradías por don Salvador, el anterior párroco de la iglesia, «porque él intentó durante varios años que así fuera». Tras ver en primera persona la Semana Santa de Córdoba, donde trabajó, además de la de Cuenca, este nazareno no esconde su «ilusión» por volver a las raíces. Como por ejemplo cuando, siendo un niño, «participaba con la banda de música, puntualmente como nazareno de fila y, por supuesto, como espectador». El pregonero se queda con los «contrastes» de las diferentes semanas santas, pero siempre con la «esencia común» y el «verdadero significado» de todas ellas.
Casasimarro: Historia y penitenciaComo jornada previa a la gran semana, la Junta de Cofradías organiza el Día del Cofrade, en la que no solo se presenta el cartel anunciador de la Pasión, que este año es obra de Juan Gómez, sino en la que también se homenajea a vecinos de la localidad que han contribuido, con diferentes acciones, al engrandecimiento de la Semana de Pasión casasimarreña. Así lo explica Alicia Sahuquillo, presidenta de la institución nazarena. El Día del Cofrade estuvo protagonizado por Alberto Jiménez, párroco de Honrubia, y una pequeña exhortación del cura local, Fernando Fernández.
Alicia aprovecha estas páginas ensalzar la Semana Santa de Casasimarro, que «hunde sus raíces en una historia antiquísima y que vivimos con fervor, penitencia, fe y amor». Nuestra Pasión es una «tradición que pasa de generación en generación, y eso hace que broten las emociones y se vivan cosas espectaculares», sentencia la presidenta, que apunta algunas de las novedades que trae bajo el brazo esta Semana Santa.
Más fotos:
Casasimarro: Historia y penitencia
Casasimarro: Historia y penitencia
Como el arreglo de la matraca del campanario de la iglesia, que sonará el Viernes Santo. Además, hay vigente una exposición en la escalera de subida al coro con los carteles de la Semana Santa del pueblo desde 1991 hasta la obra del año pasado. Asimismo, en el altar mayor, «en una representación de la Pasión y durante toda la Cuaresma», se han colocado tres de los pasos que procesionan: a la derecha, la Oración del huerto; a la izquierda, las Angustias; y en el centro, el Sepulcro.