La vida matea en el Casco

Manu Reina
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Miles de conquenses y visitantes disfrutan cada jornada de San Mateo con grandes momentos de emoción y alegría

La vida matea en el Casco - Foto: Manu Reina

Es un cúmulo de sensaciones. Cada paso por el Casco Histórico se convierte en una mágica y divertida aventura. Más aún cuando el jolgorio marca un inmejorable ambiente que definen a la perfección San Mateo. Es cierto que también hay tensión, adrenalina y emociones con la tradicional suelta de vaquilla enmaromada que a muchos les encoge el corazón, pero otros se atreven armados de valentía a salir a correr junto al animal. Los más precavidos se sitúan por detrás de la barrera para visualizar el desarrollo de las carreras con tranquilidad. Mientras todo sigue su curso hay quien decide acudir a los bares para pasar la tarde. Qué mejor que hacerlo con familiares y amigos. 

Las escaleras de la Plaza Mayor se llenan de espectadores que no quieren perderse absolutamente nada del emocionante desenlace. Incluso cuesta encontrar un sitio. Todos esperan con ahínco el primer chupinazo, que es la señal de que uno tiene que estar preparado para la acción. Es el pistoletazo de salida a la vaquilla. El encargado de encender la mecha desde hace dos décadas es Julio Perdido, que reconoce que esta labor de cobetero le hace «mucha ilusión» y detalla que «se ha convertido en una tradición para mí». Además, Julio, que es una figura muy conocida en Cuenca, también se encarga de dar inicio al toro con fuego.

Pero para minimizar la peligrosidad de este festejo taurino están los maromeros, que trabajan sin descanso y guían a la vaquilla por cada centímetro del asfalto empedrado que caracteriza el punto neurálgico de estas fiestas. Uno de ellos es el joven Miguel Ángel Navarro que apunta que «durante la suelta de vaquilla están un poco tenso, pero es un momento muy bonito para nosotros». La labor que hacen es imprescindible y sus trabajos son encomiables. 

Eso sí, la seguridad es importantísima y la responsabilidad de cada uno aún más. El responsable provincial de socorro y emergencias de Cruz Roja, Israel Monje, explica que tienen que «estar siempre en alerta y preparados para cualquier incidencia que pudiera surgir». Estos voluntarios juegan un papel fundamental para socorrer, ayudar y asistir a personas que lo necesiten. Por suerte, la amplia mayoría de las incidencias son de «menor gravedad». Entre tanta gente, ya que se pueden dar cita en esta zona de la ciudad más de 6.000 personas, es normal que la jornada sea «atareada», tal y como afirma la voluntaria de Protección Civil, María Jesús Alarcón. Esta joven subraya que se producen pocos percances «porque está todo muy bien preparado y organizado con antelación».

Peñas. No obstante, la festividad de San Mateo no solo se vive en la Plaza Mayor, sino también en las calles adyacentes y en la zona del Castillo. Es ahí donde entran en juego las animadas y coloridas peñas. Verónica Culebras es peñista y recalca que «formar parte de una está muy bien porque siempre tienes un punto al que llegar». Ella disfruta sin parar de estos cuatro inolvidables días y agradece a sus padres que «desde muy pequeña me inscribieran en la peña que ellos mismos crearon». En esta edición de San Mateo son 42 peñas las que participan y llenan de colorido cada calle del Casco Histórico de la capital. Hacen enloquecer a todos con la música y las grandes comilonas. No hay duda de que es inconcebible esta festividad sin sus presencias.  

San Mateo gusta y mucho. Es una festividad que acoge cada año a miles de turistas. Muchos de ellos repiten tras vivir la primera experiencia. Francisco Sánchez llega con sus amigos desde Miguelturra (Ciudad Real) y revela que repite «porque el año pasado me sorprendió y me gustó mucho la experiencia». Además, este joven recalca que «las peñas son muy acogedoras y eso hace que te sientas siempre como en familia». 

Al fin y al cabo esta festividad atrapa y enamora a cada uno. Es, además, la fiesta más importante del calendario para los conquenses y cada año es un éxito asegurado. El colofón perfecto llega cada jornada con la orquesta que envuelve la Plaza Mayor en el mejor escenario del mundo.